Saltillo, Coahuila, está a una elevación de mil 600 metros. A más de mil metros sobre la ciudad de Monterrey, que está a 540 metros de altitud y 480 metros más que Torreón, que está sobre el nivel medio del mar a mil 120 metros. Estas ubicaciones, entre otras circunstancias, posibilitan condiciones climáticas muy diferentes. Monclova y Piedras Negras se encuentran a una elevación de 620 y 223 metros, respectivamente. Saltillo está rodeado de montañas, entre ellas la Sierra de Zapalinamé, su fuente más importante de agua potable. En ella habitan osos negros y guacamayas enanas, entre otras especies de fauna, por ejemplo venados cola blanca y pumas americanos. También alberga zonas boscosas que ayudan a regular el clima y proporcionan hermosos parajes y vistas de la ciudad. La ciudad capital está en los límites del desierto chihuahuense y de un área boscosa. Su área metropolitana la integra con Ramos Arizpe y Arteaga, con poco más de un millón de habitantes.
Torreón, limita con una extensa llanura y la sierra de las Noas, que tiene vegetación semidesértica, no cuenta con árboles, si acaso algunos mezquites y huizaches de baja altura, como dijo un amigo en un recorrido que lo invité en un sendero de esa sierra, “aquí hay pura vegetación bonsái”, enana. A diferencia de Saltillo, que su fuente principal de agua, es la sierra, aquí es el río Nazas. Y su zona metropolitana la conforma con Matamoros y Francisco I. Madero, Coahuila, y del lado de Durango con Gómez Palacio y Lerdo, con un millón 400 mil habitantes.
Monclova, con una población de 238 mil habitantes, está enclavada en la parte central de Coahuila, también conocida como “La Capital del Acero”. Su zona metropolitana la conforman Monclova, Frontera, San Buenaventura y Castaños. Está rodeada de las sierras de la Gloria y los cerros del Mercado y la Rata. Lo demás son grandes llanuras. Con clima seco, escaso nivel de precipitaciones y sus temperaturas alcanzan más de 40 grados centígrados. La sierra de la Gloria es su fuente principal de abastecimiento de agua potable. Su vegetación cuenta con pinos y encinos.
Piedras Negras, es una ciudad fronteriza, a orillas del río Bravo y colinda con Eagle Pass, Texas. Tiene 176 mil habitantes. Está en una extensa llanura sin montañas, con vegetación predominantemente semidesértico: gobernadora, mezquite, lechuguilla y ocotillo. No hay montañas. Su fuente principal de agua es el río Bravo.
Como se puede concluir de las principales ciudades coahuilenses, la de más elevación con respecto al nivel medio del mar, es Saltillo. Es la de mejor clima, y tiene a unos metros de la zona urbana, la Sierra de Zapalinamé. Con unas bellezas naturales que invitan a ser admiradas, conservadas y protegidas. En los dos últimos recorridos que hemos hecho en el Camino del Cuatro, hemos observado que hay mucha basura. Debemos ir a admirar esta gran sierra, pero no hay que ensuciarla. Los jóvenes estudiantes de la Universidad Autónoma de Coahuila, con los que hemos sendereado en ese camino, propusieron que en el siguiente recorrido que hagamos, llevemos bolsas para levantar la basura.
Este Camino del Cuatro, de las afueras de Saltillo, a la comunidad el Diamante que está ya en el municipio de Arteaga, al otro lado de la sierra, tiene de largo 18 kilómetros. Nosotros a lo más recorremos 4 kilómetros de ida y vuelta. La altura promedio de la sierra, sobre el nivel medio del mar es de 2 mil 700 metros y una cota máxima en su pico de 3 mil 150 metros. El punto de partida, donde empezamos a senderear, está a mil 877 msnm y al punto hasta donde recorremos, donde está un mirador para contemplar, en su máximo esplendor, la ciudad, con la condición de que no haya neblina, está a una altura de mil 955 msnm, sólo subimos 78 metros. Es un recorrido muy amigable. Los ingenieros que hace más de cien años diseñaron ese camino hicieron un trazo poco inclinado, se puede caminar sin mucho esfuerzo. La altura máxima de este camino es de 2 mil 480 msnm. Esto es, si lo atraviesas más o menos a la mitad del recorrido, has subido unos 500 metros.
Se llama el “Camino del Cuatro”, porque a Juan Alemán, un saltillense, lo emboscaron en un punto del camino, donde le pusieron “un cuatro”, todavía se encuentra una cruz en ese lugar. Poner “un cuatro”, significa ponerle una trampa, con la mala intención de engañarlo, para hacerle daño.