Izar la bandera se va a convertir este curso en ritual obligatorio en los colegios de Rusia, donde además se impartirá cada semana una clase de educación patriótica. “Servir a la patria” es el principal valor que el presidente Putin trasladó ayer a unos niños que visitó en Kaliningrado. Recuperando la atmósfera de los tiempos comunistas, los niños más destacados serán quienes porten el estandarte. Se trata de una medida de alcance. Mirad cuántas formas de extender la propaganda:
Los tutores deberán fomentar el orgullo nacional con textos, vídeos y canciones.
Los profesores deberán mostrar testimonios de combatientes de forma que los alumnos entiendan que “son héroes” y los residentes en Donbás, rusos.
Los alumnos deberán responder cosas como: “Amar a la patria, servir a la patria”. Y “la felicidad de la patria es más valiosa que la propia vida”. O “por la madre patria no da miedo morir”
Putin es aplaudido por los estudiantes ganadores de varias competiciones, ayer en Kaliningrado. El aire dictatorial se va anidando así, un poco más, en la vida de los rusos