¿Como se te tiene que hablar a ti para que no te enfades?
¿ Qué normas tuyas que solo tú sabes que necesitas que no se salte nadie para no ponerte a la defensiva o atacar?
¿Qué palabras no se te pueden decir a ti porque sientes que te rebajan, que te juzga o que te sentencia?
¿Cuánto veneno llevas dentro ahora mismo?
Lo digo porque consultar con tu propio resentimiento, es una emoción muy reveladora para averiguar por qué estás cómo estás, ¿porque cuando uno se siente desgraciado se convierte en un problema para los demás?
Decía Mandela que el rencor es como tomar veneno y esperar que maté a tus enemigos. El rencor como todos los sentimientos feos y negativos, no daña a quien supuestamente lo provoca sino a quien lo padece.
Vivir resentido, es como cavar un hoyo del que cada vez cuesta más escapar y sin embargo; a todos nos gusta hundirnos en ese hoyo y revolcarnos en el fango del rencor, cómo buscamos el menor motivo para beber nos un buen trago de ese veneno que no va a matar al enemigo pero que nos va a amargar la vida. Porque el rencor nos hace peores personas.
¿Y todo porque?
¿Qué pasó para que le cojamos semejante coraje a alguien?
¿Nos miró mal?
¿Nos dio una mala contestación?
O quizá no estaba de acuerdo con nuestro particular punto de vista como si nosotros fuésemos la vara de medir,
¿Nos pasó de lado?
¿Nos miró por encima del hombro?
¿Dijo algo de nosotros a nuestras espaldas?
T de ser así…
¿Eso es suficiente motivo para tenerle rencor, para que esa persona ocupe tu cabeza y lo desees todos los males del mundo?
Aunque el que te estás pudriendo por dentro seas tú y es que el rencor o el resentimiento -que es lo mismo- no nace siempre de una ofensa recibida, puede ser más caprichoso todavía. Se puede odiar con todo el rencor del mundo a alguien simplemente porque es mejor que tú: es el resentimiento que nace de la envidia, que es la mala madre que oculta casi todos los rencores, muchas veces nuestro rencor viene de no haber sido capaces de alcanzar nuestras expectativas y eso es algo que nunca se lo perdonaremos a los demás; yo no tuve sus oportunidades, no tuve sus padrinos, no tuve suerte.
La comparación con los demás cuando perdemos algo, es la fuente de los peores sentimientos. Todo lo que está bien, todo lo que es feliz, todo lo que gusta, todo lo que triunfa, todo lo que tiene éxito, indigna al resentido. También es verdad que puede haber un resentimiento justo: el resentimiento del que se esfuerza más que nadie y no consiguenada o el que se siente humillado por gente más poderosa contra la que no puede hacer nada, ahí si puede haber un resentimiento justo.
Pero no hay ningún resentimiento bueno, todo el rencor venga de donde venga, al que te destruye es a ti y hay que desterrarlo por higiene y por inteligencia. Lo sabemos pero no lo hacemos, por eso te invito a que lo hagamos, te invito a que no nos empeñemos en recordar lo que cualquiera dijo o no dijo de nosotros, lo que cualquier nos hizo, no nos dejó de hacer.