Hombres y mujeres han hecho de la limpieza de la contaminación en los humedales únicos de la Ciudad de México su trabajo diario, escribe Marina.
Por qué es importante: Xochimilco es un sitio del Patrimonio Mundial compuesto por canales y chinampas, «jardines flotantes» desarrollados por los aztecas para plantar maíz en suelos fértiles con fácil acceso al agua.
El área atrae a miles de visitantes con trajineras, botes estilo góndola.
Pero las botellas de plástico, la basura y los nenúfares invasivos ahora ensucian los canales. Las bacterias también están creciendo en el agua.
Eso ha puesto en peligro a especies como el ajolote, un anfibio que puede regenerar órganos, incluso el cerebro, y que solo vive en Xochimilco.
La contaminación también dificulta que los barcos de los lugareños lleguen a sus cultivos.
Detalles: Omar Menchaca, un exempleado del Ministerio del Medio Ambiente que ahora está jubilado, lleva su kayak a Xochimilco todos los días y recoge a mano botellas y bolsas de plástico.
El trabajo voluntario de Menchaca complementa el de trabajadores públicos como Elizabeth Cruz, que limpian especies de plantas invasoras.