La empresa alemana sufre una caída de beneficios y pide apoyo gubernamental mientras la transición a la movilidad eléctrica y la competencia extranjera impactan al sector
Volkswagen (VW) enfrenta un momento crítico debido a la caída en sus beneficios y a los efectos de la transición hacia la movilidad eléctrica. En el tercer trimestre de 2024, VW reportó una disminución de casi 64% en sus ganancias en comparación con el mismo periodo del año anterior. Esta situación ha llevado a la empresa a proponer un plan de reducción de costos que incluye el posible cierre de tres plantas y el despido de miles de empleados, una medida que ha provocado intensas negociaciones con el comité general de empresa.
La transición a la electromovilidad y la presión de los competidores chinos han afectado a la industria automotriz alemana, y VW no es la excepción. Según Frank Schwope, experto de la Universidad de la Mediana Empresa de Hannover, estos factores han generado una disrupción en el mercado que impacta en las ventas y los beneficios de empresas como VW. En el mercado de vehículos eléctricos, Tesla lidera con su Model Y, el más vendido en Estados Unidos, China y Europa, lo cual representa un desafío importante para las marcas tradicionales alemanas.
La situación de VW también pone en evidencia la indecisión del gobierno alemán respecto al apoyo a la movilidad eléctrica. Sudha David-Wilp, del German Marshall Fund, destaca que los sucesivos gobiernos alemanes han evitado reformas fundamentales en tiempos de bonanza económica, lo cual ahora limita las respuestas para enfrentar las dificultades. Según David-Wilp, durante la era Merkel, el país disfrutó de estabilidad económica y pudo sobrellevar la pandemia sin implementar reformas estructurales. No obstante, en la actualidad, el gobierno de coalición enfrenta presiones para ofrecer soluciones que mantengan el atractivo económico de Alemania.
Hans-Werner Sinn, expresidente del Instituto Ifo, considera que Volkswagen es una de las primeras víctimas de la movilidad eléctrica y de las restricciones en motores de combustión impuestas por la Unión Europea. A ello se suma el alto costo energético en Alemania, que ha impulsado la desindustrialización. Para el economista Carsten Brzeski, jefe de investigación macroeconómica de ING Alemania, la situación de VW es una “llamada de atención” para que los políticos promuevan reformas e inversiones que hagan a Alemania nuevamente competitiva en el contexto global.
La crisis de VW, aunque alarmante, refleja una problemática mayor en la industria automotriz y en el entorno económico de Alemania, según la economista Franziska Palmas de Capital Economics en Londres. Para muchos expertos, la situación de VW simboliza no solo una crisis corporativa, sino también un desafío estructural que requiere respuestas contundentes del gobierno y del sector industrial.