Excolaboradores acusan intimidación y revisiones humillantes durante el proceso de despido. Investigación de Orestes Gómez Rodríguez
Puebla, Pue. – La automotriz Volkswagen de México realizó este viernes 28 de febrero un despido masivo de al menos 200 trabajadores de confianza en su planta del estado de Puebla, particularmente en el área de almacén de refacciones. Según testimonios recabados por El Sol de Puebla, el proceso estuvo marcado por malos tratos, presiones y revisiones exhaustivas que generaron un ambiente de intimidación.
De acuerdo con los afectados, el despido se llevó a cabo al mediodía, cuando fueron convocados a una reunión interna con el abogado de la empresa y representantes del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral (CFCRL). Aunque el CFCRL señaló que su participación fue solo para garantizar la legalidad del proceso, los excolaboradores denunciaron que fueron presionados para firmar su renuncia sin recibir explicaciones claras sobre su liquidación ni sobre los procedimientos a seguir.
Daniel Quiroz, quien trabajó en la empresa desde 1991, relató que la forma en que fueron tratados fue indignante. A su vez, Erik García Hernández, empleado desde 2005, denunció que aquellos que se negaron a firmar su renuncia fueron escoltados por personal de seguridad con perros entrenados y sometidos a revisiones exhaustivas, lo que consideró un acto de humillación.
La empresa justificó los despidos argumentando que las funciones de los trabajadores serían absorbidas por la proveedora Car Solutions América (CAS). No obstante, los empleados criticaron que, tras décadas de servicio, fueron tratados como delincuentes. «Nos sacaron con vallas de seguridad y perros, como si fuéramos criminales. Estoy triste porque le di la mitad de mi vida a esta empresa y me dieron la espalda», lamentó un trabajador.
Además, denunciaron que, tras los despidos, los directivos de Volkswagen les otorgaron reconocimientos por su trayectoria laboral, lo que percibieron como una burla. «Dimos parte de nuestra vida y nos hicieron esto. Nos dieron un reconocimiento como si eso compensara lo ocurrido», expresó con indignación René Gómez Hernández, exempleado desde 1990.
Por su parte, Eduardo Díaz, otro afectado, criticó la falta de humanidad de la empresa. «El estandarte de Volkswagen es que es un buen empleador, pero la realidad es otra. Cuando se trata de despidos, actúan de manera tajante, sin valorar nuestra mano de obra», afirmó.
Hasta el momento, Volkswagen de México ha evitado emitir una postura oficial sobre las acusaciones de malos tratos y violaciones a los derechos laborales de sus trabajadores.