Carmela Ríos escribe en El País que la gestión de una cuenta en redes requiere humildad en el aprendizaje, capacidad de escucha, sensatez, contención y un punto de creatividad
En la era digital, donde la comunicación se entrelaza con la omnipresencia de las redes sociales, la gestión de una marca personal se convierte en una habilidad imprescindible para aquellos que desean dejar una huella significativa en el vasto universo virtual. La relevancia digital puede ser un arma de doble filo, donde la búsqueda de reconocimiento puede eclipsar la integridad profesional y la credibilidad del individuo. Sin embargo, hay quienes han sabido tejer una presencia en línea que trasciende la mera exposición mediática y se erige como un faro de autenticidad y conocimiento.
Twitter, con su capacidad para marcar un antes y un después en la historia de la comunicación periodística, se erige como un terreno fértil para aquellos que desean construir y fortalecer su marca personal. Pero también es un campo minado donde la búsqueda de la viralidad puede desdibujar los valores fundamentales del periodismo.
En este contexto, la figura de Pedro García Cuartango emerge como un paradigma de cómo navegar las aguas turbulentas de las redes sociales con humildad, sensatez y autenticidad. Durante siete años, ha cultivado una presencia en Twitter que va más allá de la mera exposición de opiniones políticas o la caza de likes y retweets. Su cuenta es un reflejo de su vasta cultura y su profundo compromiso con la honestidad intelectual.
A través de su cuenta, García Cuartango comparte no solo reflexiones sobre política nacional, sino también su pasión por el jazz, sus experiencias amorosas, sus meditaciones sobre la fugacidad de la vida y sus añoranzas por un París que ya solo habita en los recuerdos. Pero más allá de los temas tratados, lo que distingue su presencia en línea es su humildad y su capacidad para mantenerse fiel a sí mismo en un entorno donde la autenticidad a menudo cede paso a la búsqueda desenfrenada de popularidad.
En un mundo donde la credibilidad del periodismo ha sido puesta en entredicho por el voraz apetito de las redes sociales, García Cuartango representa un faro de esperanza. Su marca personal es un recordatorio de que, incluso en la era de la relevancia digital, la integridad y la autenticidad siguen siendo los pilares sobre los cuales se construye una reputación perdurable.
En conclusión, la historia de Pedro García Cuartango nos enseña que la gestión de una marca personal va más allá de la mera exposición mediática. Requiere humildad en el aprendizaje, capacidad de escucha, sensatez y un punto de creatividad. Es una inversión imprescindible para preservar la credibilidad del periodismo en un mundo donde la relevancia digital a menudo amenaza con eclipsar la verdad y la honestidad intelectual.
Carmela Ríos (Las Palmas, 56) es periodista, consultora de empresas e instituciones y profesora de Periodismo móvil y en redes sociales y de Herramientas de verificación y escucha en plataformas digitales en varios másteres universitarios.