La vida sigue igual en la Fórmula 1. Max Verstappen y Red Bull siguen dominando con puño de hierro. En Baréin fue un paseo más, lo mismo que la temporada pasada.
Verstappen dominó de principio a fin. De forma literal. Mantuvo a raya a Leclerc en la salida e impuso un ritmo infernal que nadie fue capaz de seguir en las 57 vueltas que duró la carrera. Con paradas gratis y preocupándose únicamente de que los doblados no le estorbaran demasiado. No tuvo ninguna exigencia más. Sergio Pérez, que finalizó segundo, nunca estuvo cerca de su compañero.
Red Bull empieza la temporada a lo grande, con un doblete que deja claro que superarles en este campeonato va a ser una misión casi imposible. De los mortales, el mejor fue Carlos Sainz. El piloto español de Ferrari dio una exhibición, se ‘pegó’ con todos y demostró que está preparado para dar guerra.