Victoria del tricampeón por delante de Piastri y Norris en un domingo durísimo para los pilotos.
Noche extenuante y abrumadora en Losail, el GP de Qatar se recordará más por el tercer título de Verstappen en el esprint que por su victoria por delante de dos McLaren ultravitaminados (Piastri delante de Norris, otra vez) en la carrera de los tres pit-stop obligatorios y las condiciones más duras que se recuerdan. Fue un domingo durísimo para los pilotos, porque el viento se marchó y dio paso a una humedad extrema que acrecentó la sensación térmica hasta alrededor de los 40 grados. Al bajarse del coche, todos estaban exhaustos, por el calor y porque todas las vueltas fueron al límite. Influyeron enormemente los cambios de ruedas obligatorios y repetitivos, la estrategia se volvió indigesta y apenas ofreció alternativas aparte de una salida bronca de los Mercedes. Alonso llegó a rodar en posiciones de podio y resistió dos stint contra un McLaren y un Mercedes, pero el neumático duro le envió al ostracismo y debió conformarse con un sexto puesto quemejora lo reciente, pero empeora la posición de parrilla. Son ocho puntos importantes el día que no suman Hamilton ni Sainz, uno por error de bulto y el otro por fuga de combustible antes siquiera de empezar.