El piloto neerlandés remontó saliendo desde la sexta plaza
Es la película de siempre, pero vista de otro modo. Como en el día de la marmota, Max Verstappen volvió a demostrar que no tiene rival alguno en la parrilla de la Fórmula 1 y ganó cómo y cuándo quiso en el Gran Premio de Bélgica. El holandés consiguió la décima victoria en este Mundial (la octava consecutiva) y dejó claro que en este deporte no hay lugar alguno a la sorpresa ni a la emoción porque sucede exactamente lo que él quiere. [Así vivimos la victoria de Verstappen en el GP de Bélgica]
En esta ocasión el piloto de Red Bull no salía desde la pole, algo que por otra parte sí que había conseguido en la clasificación, ya que una penalización le retrasó cinco puestos y le mandó a la sexta plaza directamente. Da igual. Eso no es un problema para el campeón del mundo que prácticamente silbando y sin despeinarse se plantó en el liderato de la carrera en la vuelta 17.
Checo Pérez completó la fiesta absoluta de Red Bull, otro día más en la oficina de esta escudería. Leclerc pudo salvar el fin de semana para Ferrari, ya que aunque perdió la ventaja que le daba la pole aún pudo subirse al tercer escalón del podio por delante de Lewis Hamilton.