¿Por qué la venta de esos aparatos que miden la saturación de oxígeno en sangre se ha popularizado hasta tal punto que se realizan ránkings sobre los mejores oxímetros del mercado? Según los expertos, todo está relacionado con la llamada hipoxia silenciosa, “la situación en la que un paciente tiene descensos del oxígeno en sangre que pueden llegar a ser graves sin percibir sensación de dificultad respiratoria”, explica el neumólogo Germán Peces-Barba, vicepresidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). No es algo muy común, o al menos no lo era hasta la aparición de la covid-19.
A la también llamada “hipoxia feliz” se la relaciona con esta enfermedad, concretamente con algunas formas de neumonía que se presentan en la infección por coronavirus.
El oxímetro utiliza un método fotoeléctrico que emite luces rojas e infrarrojas, a través de las cuales se mide la luz que se absorbe cuando no hay latido —tejidos y sangre venosa— y cuando hay latido —tejidos y sangre arterial, onda pulsátil—. “Comparando ambas absorbancias calcula las concentraciones de hemoglobina oxigenada y sin oxigenar (la hemoglobina transporta el oxígeno a los tejidos) y nos muestra el porcentaje de saturación de oxígeno en sangre”, afirma.
Hora de retomar la pregunta inicial:
¿es buena idea comprar un pulsioxímetro? La respuesta de los expertos es que sí, siempre que se trate de personas con insuficiencia respiratoria o “en el caso de neumonías como la producida por covid-19 si se va a realizar el tratamiento y seguimiento en domicilio, lo que suele ser factible si no hay una hipoxemia grave y el tratamiento que requiere se puede administrar en el domicilio”, señala Rocío García, neumóloga española