Actividades como escribir, hacer jardinería y tejer pueden mejorar su cognición y su estado de ánimo. ¿Tocar, escribir y desplazarse? Menos.
El artículo de Markham Heid, publicado el 28 de marzo de 2024, en El New York Times; destaca la importancia de las manos humanas y cómo su uso está cambiando en la era moderna, con un énfasis en la conexión entre el esfuerzo manual y la recompensa emocional y cognitiva. Se señala que las manos humanas son únicas en su capacidad para agarrar y manipular objetos con precisión, superando a las de cualquier otra criatura en la Tierra, incluyendo a nuestros parientes primates más cercanos.
Sin embargo, se argumenta que en la actualidad estamos utilizando nuestras manos para tareas menos complejas en comparación con el pasado. Gran parte de nuestras actividades cotidianas, como tocar pantallas y presionar botones, son movimientos simples que no desafían la destreza manual de la misma manera que lo hacían las actividades manuales más complejas de generaciones anteriores.
En algunas de sus investigaciones con animales, la Dra. Lambert y sus colegas descubrieron que las ratas que usaban sus patas para desenterrar comida tenían perfiles de hormonas del estrés más saludables y eran mejores para resolver problemas en comparación con las ratas a las que se les daba comida sin tener que cavar. Este hallazgo sugiere una conexión entre la actividad manual y el bienestar emocional y cognitivo.
La Dra. Lambert también encuentra similitudes en estudios con personas, donde se ha observado que una variedad de actividades prácticas, como tejer, hacer jardinería y colorear, se asocian con beneficios cognitivos y emocionales, como mejoras en la memoria y la atención, así como reducciones en los síntomas de ansiedad y depresión. Aunque estos estudios no han determinado si la participación de las manos merece el crédito específico, sugieren que las tareas prácticas que captan la atención y desafían ligeramente pueden apoyar el aprendizaje y el bienestar mental.
El Dr. Backman, profesor emérito de terapia ocupacional, ha examinado el vínculo entre tejer y el bienestar, y sugiere que el ritmo y la repetición de tejer un patrón pueden ser relajantes, similares a la meditación. Además, el Dr. Backman considera plausible la idea de que trabajar con las manos beneficie la mente y el bienestar de una persona, ya que las tareas prácticas pueden generar una sensación de logro y control sobre el mundo, contrarrestando la impotencia aprendida asociada con la depresión.
En resumen, tanto en estudios con animales como con personas, se sugiere una relación entre la actividad manual y el bienestar emocional y cognitivo. Aunque los mecanismos exactos aún no se comprenden completamente, existe evidencia de que las tareas prácticas que implican el uso de las manos pueden tener beneficios significativos para la salud mental y el sentido de logro y control personal. La evolución de nuestras manos y su papel en nuestras vidas modernas plantea preguntas fascinantes sobre cómo estas herramientas biológicas únicas influyen en nuestra experiencia y bienestar en un mundo cada vez más tecnológico.