¿Tiene una mentalidad de crecimiento? ¿Está convencido de que puede aprender cualquier cosa? ¿O tiene una mentalidad fija: confía en las habilidades que tiene pero prefiere permanecer en su carril?
Una nueva investigación sugiere que probablemente tengas una combinación de ambos, y diferentes desencadenantes en tu entorno pueden empujarte en una dirección u otra.
Por ejemplo, siempre me he considerado más una persona de palabras que de matemáticas. Cuando recientemente comencé una clase de posgrado en bioestadística que incluía aprender un lenguaje de computación estadística, me sentí intimidado. Todos los demás en la clase parecían saber lo que estaban haciendo.
Sin embargo, tuve la suerte de tener un profesor tan apasionado por su campo que creía que todos podían aprenderlo. Un asistente de enseñanza (que podría haber sido mi hijo) me aseguró que él también había tenido problemas al principio, pero que sabía por experiencia personal que con persistencia lo aprendería. Un tutor al que recluté a menudo me decía cuando me tropezaba, «mucha gente lucha con este concepto».
Por suerte para mí, estaba aprendiendo de personas que tenían una mentalidad de crecimiento, la creencia de que la inteligencia, la capacidad y el talento se pueden cambiar y mejorar a través del esfuerzo. Un maestro con mentalidad de crecimiento normaliza la lucha y le brinda al estudiante las herramientas y el apoyo que necesita para tener éxito.
El concepto de pensamiento de mentalidad de crecimiento ha existido durante 20 años, pero los psicólogos y otros investigadores han ido más allá de estudiar la mentalidad de cada individuo y están explorando cómo nuestro entorno (maestros, compañeros de trabajo y amigos) puede empujar a las personas hacia una crecimiento o una mentalidad fija. Incluso han identificado factores desencadenantes como las redes sociales o el tipo de jefe equivocado que pueden empujarnos al crecimiento o al pensamiento de mentalidad fija.
Comencé mi incursión en bioestadística con una mentalidad fija («No soy una persona matemática»), pero cambié a una mentalidad de crecimiento con la ayuda de mis maestros. (“Tengo las habilidades y el apoyo que necesito para aprender esto”). Y terminé con una calificación alta en el curso.