Se espera que mañana un juez mexicano decida el destino de una parte del Tren Maya, un ferrocarril que se está construyendo en la península de Yucatán y que, según los críticos, está devastando hábitats de vida silvestre, artefactos históricos y haciendas, escribe Marina.
Por qué es importante: el área selvática entre Tulum y Playa del Carmen que está siendo arrasada y dividida en dos por esa parte de la vía del tren alberga uno de los pocos hábitats naturales del jaguar, una especie en peligro de extinción. También alberga el sistema de cuevas submarinas más grande del mundo, que está lleno de artefactos antiguos.
La mayoría del medio millón de personas que viven en la zona pertenecen a comunidades indígenas, algunas de las cuales han advertido sobre el gran impacto que el tren turístico podría tener en sus medios de vida tradicionales.
Se han encontrado miles de artefactos mayas, así como nuevos restos arqueológicos desde que comenzó la construcción en junio de 2020.
El panorama general: el ferrocarril de $ 10 mil millones y 948 millas es uno de los proyectos emblemáticos del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Pero ha sido controvertido desde el principio, y los activistas han presentado otras 25 demandas en diferentes estados, siete de las cuales han resultado en paralizaciones temporales en varias partes de la construcción.
La decisión que dictará mañana el juez federal versa sobre el tramo 5 de la línea, cerca de Tulum.
Pero López Obrador ha dicho que no «dará un solo paso atrás» en sus planes para el Tren Maya, que dice traerá los empleos y el crecimiento necesarios.
Lo que dicen: “El proyecto en general está amenazando a la especie jaguar, y a muchas más, al punto que podríamos estar enfrentando una extinción regional”, dijo a Noticias Telemundo el ambientalista Raúl Padilla Borja, del grupo Jaguar Wildlife Center.
«Agregue el peso de los trenes que pasan constantemente por este sistema de cuevas y eso es solo una receta para el desastre».