Si tus ingresos laborales no te alcanzan, no estás solo. En México hay 12.3 millones de jefes de familia que se encuentran en «pobreza laboral», es decir cuyos ingresos laborales no les alcanzan para alimentar a su familia. Esto significa que, para comer, tienen que pedir prestado, o recibir transferencias como remesas, apoyos sociales u otros.
Hoy quiero contarte quiénes son los «pobres laborales» y por qué están en esta situación.
Como muestro en la gráfica, la mayoría de los jefes de familia a los que no les alcanza para alimentarse son empleados. En esta situación se encuentran 2.8 millones de personas. En general, trabajan para empleadores que se encuentran en tres industrias: jornaleros agrícolas, construcción y manufactura.
Una segunda categoría son personas que son jefes de familia, pero se dedican al trabajo doméstico. Esta categoría en su mayoría tiene mujeres, muchas de ellas madres, que no pueden encontrar un trabajo ante la necesidad de usar su tiempo en los cuidados.
Finalmente, se encuentran los trabajadores por cuenta propia. Estas personas no tienen empleados subordinados, pero tampoco dependen directamente de un empleador. En esta situación se encuentran repartidores, conductores de taxis, o pequeños comerciantes. Con frecuencia estas personas preferirían ser empleadas, pero no tienen oportunidades.
Es por todo lo anterior que erradicar la pobreza laboral solo será posible si nos proponemos tres metas como país.
Primero, mejorar los salarios de los empleos que existen. Esto requiere un compromiso por parte de todos los empresarios, independientemente de si son formales, para que el pago mínimo de cualquier trabajador sea de $2,180 pesos por miembro de su hogar. Por ejemplo, si el trabajador tiene a cargo 3 personas, su salario no puede ser inferior a $8,720 pesos.
Segundo, crear nuevos empleos para absorber a los trabajadores por cuenta propia que así lo deseen. Esto requiere la creación de más empresas con salarios dignos que, no sólo resulten atractivos para estas personas, sino que les permitan cierta flexibilidad. De hecho, muchas personas son trabajadores independientes porque sus labores domésticas les impedirían tener un trabajo de tiempo completo como asalariados.
Finalmente, y relacionado con lo anterior, se necesitará financiar un sistema de guarderías y centros de cuidado para permitir que las madres que lo deseen puedan trabajar. Esto no sólo requiere voluntad por parte de los gobernantes sino recursos. Al momento, algunas de las áreas con mayor potencial para aumentar la recaudación de manera rápida son el predial y las tenencias.
Las tres soluciones anteriores no son imposibles. No hay razón alguna por la que un país con la riqueza de México debiera tener 12 millones de jefes de familia pobres. Esto es grave porque muchas personas dependen de ellos. De hecho, si consideramos a sus dependientes, nos daremos cuenta de que por cada jefe de familia en pobreza laboral hay otras 2.4 personas en pobreza con ellos.