El PAN libró batallas memorables y enconadas por la democracia en La Laguna, Monclova y Piedras Negras, de donde surgieron algunos de sus mejores líderes. Entonces ponía en jaque al poder y movilizaba a la sociedad para exigir elecciones libres; y otras veces, para demandar la renuncia de gobernadores como Óscar Flores Tapia y José de las Fuentes. Acción Nacional logró la primera alternancia municipal en Monclova, en 1979, con Carlos Páez Falcón. Flores Tapia se negó a entregar Torreón, donde Edmundo Gurza se había declarado ganador. Homero del Bosque (PRI) tomó posesión custodiado por el Ejército. Más tarde, el campamento instalado frente a la alcaldía fue desalojado violentamente. Cuando Gurza era subido a una patrulla celular, un policía cerró la puerta y le fracturó la pierna derecha.
Gurza compitió en 1981 por la gubernatura, pero la maquinaria impuso a De las Fuentes. Poco después, desde su curul en la Cámara de Diputados, interpeló al presidente López Portillo, justo cuando ponderaba la reforma electoral: «¡En Coahuila no hay democracia!». «El suceso ocasionó que (Gurza) recibiera amenazas de los sicarios del régimen», dice la biografía del político lagunero publicada por la Fundación Rafael Preciado Hernández. En La Laguna es donde los gobernadores han afrontado mayor oposición, pues el rezago regional se atribuye, entre otras razones, a su preferencia por Saltillo.
En Monclova, durante la campaña de De las Fuentes, se incendiaron patrullas y se bloquearon carreteras. El PAN conservó la presidencia con César García Valdés, activista del movimiento de línea proletaria e integrante del sindicato de AHMSA. En 1985, simpatizantes del candidato del PAN a la alcaldía de Piedras Negras, Eleazar Cobos Borrego, prendieron fuego al edificio del ayuntamiento para protestar por el supuesto fraude que lo despojó del triunfo. El conflicto escaló y el Gobierno federal debió intervenir para reabrir el puente internacional a Eagle Pass. Cobos se refugió en Estados Unidos y el gobernador estuvo a punto de caer.
La alternancia llegó a Saltillo en 1991 sin conflictos, pero con un trabajo arduo de militantes combativos como Lorenzo Burciaga. El neopanista Rosendo Villarreal ganó por un margen estrecho y después le disputó a Rogelio Montemayor la gubernatura. El PAN logró su avance más significativo en 1996, cuando ganó Torreón por primera vez, con Jorge Zermeño, además de Monclova y Ramos Arizpe. El PRI perdió también el control del Congreso. Con la mayoría de la población gobernada por el PAN, la alternancia parecía estar al alcance de la mano. La coalición Coahuila 99 (PAN, PRD, PT, Partido Verde) postuló a Juan Antonio García Villa, pero fue bloqueada desde el poder. Debieron pasar 21 años para que el PAN pusiera un pie en la sede del poder ejecutivo, con Guillermo Anaya, pero el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le cerró la puerta.
«La historia del Partido Acción Nacional en Coahuila es una parte importante para México, revelando hechos ocurridos en esta parte del Estado a partir de 1939, sobreviviendo a los sacrificios y las aportaciones de sus partidarios y simpatizantes y creando un innegable aporte para la democracia», se lee en la página web de la Fundación Rafael Preciado. Las nuevas generaciones de panistas, algunos descendientes de quienes construyeron la principal fuerza opositora del estado, y las figuras relevantes de los últimos sexenios han decidido escribir una página de la cual se avergonzarían sus fundadores: aliarse con las fuerzas que combatieron por más de 70 años.