Los bonos y las indemnizaciones impulsaron las retribuciones de políticos y directivos de las compañías.
En el año 14 después de Cristo, en pleno apogeo del Imperio Romano, un miembro del Senado cobraba 37.975 sestercios, cifra que equivalía a 100 veces la media de la nómina de esa época, según la investigación del Global Price and Income History Group, un colectivo de académicos pertenecientes a la Universidad de California. Han pasado 2.000 años de civilización desde entonces y el ser humano ha hecho innumerables avances en múltiples campos. Sin embargo, en la lucha por corregir la desigualdad salarial entre la élite económica y los trabajadores el margen de mejora es aún muy alto. En 2021, los consejeros ejecutivos mejor pagados de las empresas y políticos encumbrados, cobraron 75,95 veces más que los empleados de las empresas e instituciones publicas que dirigen.