Al llegar en números récord, terminan en trabajos peligrosos que violan las leyes de trabajo infantil, incluso en fábricas que fabrican productos para marcas conocidas como Cheetos y Fruit of the Loom.
Estos trabajadores son parte de una nueva economía de explotación: los niños migrantes, que han estado llegando a los Estados Unidos sin sus padres en cantidades récord, están terminando en algunos de los trabajos más penosos del país, según descubrió una investigación del New York Times. Esta fuerza de trabajo en la sombra se extiende a través de industrias en todos los estados, burlando las leyes de trabajo infantil que han estado vigentes durante casi un siglo. Techadores de doce años en Florida y Tennessee. Trabajadores de mataderos menores de edad en Delaware, Mississippi y Carolina del Norte. Niños aserrando tablones de madera en turnos nocturnos en Dakota del Sur.
En su mayoría de Centroamérica, los niños son impulsados por la desesperación económica que empeoró con la pandemia. Esta fuerza laboral ha estado creciendo lentamente durante casi una década, pero se ha disparado desde 2021, mientras que los sistemas destinados a proteger a los niños se han derrumbado.
The Times habló con más de 100 niños trabajadores migrantes en 20 estados que describieron trabajos que los estaban agotando y temían haber quedado atrapados en circunstancias que nunca podrían haber imaginado. El examen del Times también se basó en registros judiciales y de inspección y en entrevistas con cientos de abogados, trabajadores sociales, educadores y funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.