Un análisis de datos publicado en una revista científica señala que las diferencias con el placebo son marginales en la mayoría de los tratamientos contra la lumbalgia crónica y aguada. Diferentes expertos cuestionan la metodología del estudio
Hay cifras que no dejan lugar a dudas y esta es una de ellas: más de 600 millones de personas en el mundo sufren de dolor de espalda. Y no se va a quedar ahí. Se estima que para 2030 la prevalencia de los problemas lumbares superará a los 800 millones de afectados, el 10% de la población global. Los tratamientos para intentar hacer frente a este dolor —la primera causa de discapacidad en el mundo— son muchos. Por lo general, se va de menos a más, siendo el primer paso los fármacos y el último, más drástico e invasivo, la cirugía. Sin embargo, una nueva revisión publicada este martes en la revista BMJ Evidence Based Medicine, reporta que apenas uno de cada 10 tratamientos no invasivos son efectivos para tratar el dolor de espalda. “El alivio que ofrecen es marginal comparado con un placebo”, asegura el análisis.
Aidan Cashin, investigador del Centro para el Dolor de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Sídney, Australia), es el autor principal de la revisión y explica que existen muchas opciones de tratamientos no quirúrgicos y no invasivos para tratar inicialmente los dolores lumbares, pero que no siempre es fácil sabes cuáles son efectivos. “Nos interesaba identificar cuáles de estos tratamientos demostraron efectos concretos”, apunta. Para eso, el equipo de investigadores revisó ensayos controlados con placebo en los que se midió la efectividad de los tratamientos para personas con un dolor de espalda inespecífico (crónico y agudo) con el objetivo de agrupar los resultados.