Para las elecciones del 2023 la incertidumbre predomina. En el Estado de México y Coahuila, la posibilidad de una alianza está en el aire, como consecuencia de las acciones del PRI, su dirigencia y sus diputados federales, en favor del presidente Andrés Manuel López Obrador. Las encuestas bien hechas, establecen ventajas amplias de Morena sobre el tricolor y el PAN, que son prácticamente irreversibles si compiten por separado, en los comicios para gobernador de esas entidades.
En Coahuila, una alianza electoral PRI-PAN-PRD volvería muy competitivo a su principal aspirante, el priista Manolo Jiménez Salinas. En contraste, en el Edomex, Morena va adelante sin problemas, aun si compiten con una alianza tripartita. Por el momento, ni Enrique Vargas, ni Alejandra del Moral, ni Ana Lilia Herrera podrían ganarle a Delfina Gómez quien será postulada por el partido guinda.
Los dirigentes Marko Cortés del PAN, y Jesús Zambrano, del PRD, manifestaron que ya no existe confianza con Alejandro Moreno. Alito, sumó su PRI al Primor. Al priista se le quitó lo bravo y se sometió incondicionalmente faltando a todos sus compromisos, tanto partidistas como con los electores.
No cabe duda, de que el presidente domina la escena política nacional. A él, no le tiembla la mano para mantener en un régimen de temor a la clase política. Lo mismo castiga y ataca, que absuelve o premia. Tampoco es un secreto, que la mayor parte de ellos carga un costal de pecados en sus espaldas.
Así, Morena sigue fortaleciéndose en ambos estados, rumbo al 2023. Tanto el PRI como el PAN estarían perdidos si no van juntos y el voto opositor se divide. Para empeorar el escenario, los diputados federales y senadores del PRI Coahuila le dieron la espalda al voto útil clasemediero, que los hizo ganar en el 2021. Ellos se sumaron al Primor de Alito, básicamente intentaron salvar sus carreras políticas, en el seno de su partido, despreciando lo demás.