- El ajo tiene la capacidad de alegrar cualquier plato y, además, es un ingrediente al que se le asocian beneficios para la salud desde la antigüedad
El ajo, una suma de beneficios
Un diente de ajo crudo (unos tres gramos aproximadamente) contiene, según la base de datos nutricionales del Departamento de Agricultura estadounidense (USDA), 4,5 calorías; un gramo de carbohidratos; 5,4 miligramos de calcio; 0,9 miligramos de vitamina C; 0,2 gramos de proteína; y 0,1 gramos de fibra, entre otros nutrientes. Gracias a la suma de todos estos nutrientes principales y la alicina, al ajo se le atribuyen varias propiedades:
- Propiedades antibacterianas y antifúngicas: un compuesto de ajo, el sulfuro de dialilo, es 100 veces más efectivo que dos antibióticos (eritromicina y ciprofloxacina) para combatir la bacteria Campylobacter sp., una de las causas más comunes de enfermedad intestinal.
- Propiedades antivirales: la evidencia anecdótica sugiere también que tiene propiedades antivirales gracias a la presencia de selenio, que ha demostrado que inhibe la propagación de infecciones virales.
- Digestivo: el ajo, en la cantidad adecuada, mejora la secreción de jugos estomacales y, gracias a sus propiedades antisépticas, ayuda a algunas enfermedades estomacales y digestivas. Esto se debe a que contienen prebióticos, compuestos que alimentan los microorganismos en los alimentos fermentados (los conocidos probióticos) y ayudan a mantener la salud intestinal.
- Ayuda a controlar la presión arterial alta: la capacidad del ajo de reducir la presión arterial alta sería similar a la medicación estándar, según un estudio publicado en 2014 según el cual los polisulfuros de la especia promueven la apertura de los vasos sanguíneos y, por tanto, la reducción de la presión arterial.
- Prevención de enfermedades cardíacas: el ajo es rico en compuestos organosulfurados, con capacidad para reducir el colesterol total, LDL y HDL, en personas con niveles elevados. La Asociación Americana del Corazón (AHA) publica recomendaciones dietéticas para prevenir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como el alto consumo de frutas y verduras y productos integrales. También ofrece una lista de alimentos específicos con algún efecto cardioprotector. Y el ajo es uno de estos alimentos, junto con las nueces o las legumbres.
- Sobre su posible papel preventivo contra el cáncer, el Instituto Nacional del Cáncer, a pesar de que no recomienda ningún suplemento dietético para la prevención del cáncer, sí reconoce el ajo como una de varias verduras con “posibles propiedades anticancerígenas”.