El Barcelona despide a uno de los jugadores más importantes de su historia con la promesa de un segundo advenimiento
Gerard Piqué (Barcelona, 1987) deja el fútbol. Lo ha anunciado este jueves por la tarde, a su manera, en mitad de la temporada y sin previo aviso. El defensa ha publicado un vídeo en su cuenta de Twitter despidiéndose de la afición y recordando el próximo sábado contra el Almería en el Camp Nou. Piqué pone fin así a 25 años de estancia en el club catalán, 14 de ellos como profesional, en los que no se ha dejado un solo título por ganar.
El vídeo no habla de los motivos de su marcha, pero sí deja pistas. «Desde pequeño siempre he querido ser jugador del Barça y ser campeón de Europa», dice, «y, una vez que ese sueño se ha cumplido, ha llegado el momento de cerrar el círculo». Esto es una verdad a medias, en tanto que de la última Champions que ganó Piqué han pasado siete años.
Siete años en los que el futbolista ha ido poco a poco alejándose del fútbol y del Barcelona, centrándose en sus negocios personales hasta el punto de perder el favor del Camp Nou, que venía señalándole en cada derrota, y Xavi Hernández, su eterno compañero de vestuario, le considera la última opción en la zaga. Leyenda del Barcelona y candidato a partir de mañana en todas las elecciones a la presidencia, había dudas en los últimos años sobre si Piqué era un futbolista con empresas o un empresario que le pegaba bien a la pelota. Mientras otras estrellas como Cristiano Ronaldo o Leo Messi apenas dedican un momento a promocionar sus business, Piqué le quitaba horas al sueño para hacer crecer sus empresas, que van desde el inmobiliario a las gafas de sol, pasando por un concurso de globos, un equipo de gaming o la compraventa de los derechos de televisión del fútbol.