La Ciudad debería llamar a la acción ciudadana para proteger el medio ambiente y evitar el abandono de residuos en las calles.
En Saltillo, Coahuila, como en muchas otras partes, el estado de nuestras cunetas refleja el respeto que mostramos hacia la naturaleza. Faltan campañas educativas de limpieza porque aún con la participación de trabajadores temporales que recogen toneladas de basura; sin la colaboración activa de la ciudadanía, el problema de la basura persiste.
En lugar de centrarse únicamente en la recolección, el verdadero desafío radica en evitar que se arrojen desechos desde los vehículos, o al caminar por las banquetas.
Saltillo debió lanzar desde hace mucho una campaña que hable sobre «Tirar basura en la calle nunca lleva a un buen lugar» pero su actual dirección de medio ambiente nunca aportó ni educó; literalmente pasó desapercibida precisamente en la época en la cual el medio ambiente y el cuidado de la tierra es un tema de primer orden.
La Ciudad debe generar un esfuerzo en busca concienciar a los conductores y los ciudadanos en general sobre las graves consecuencias de abandonar residuos en entornos naturales y urbanos. En Saltillo, donde la temporada seca intensifica el peligro de incendios se debe saber, un porcentaje de los incendios anuales son causados por colillas arrojadas desde los vehículos.
Las sanciones por estas acciones incívicas deberían ser fuertes. En sus reglamentos, arrojar colillas u otros objetos desde el coche debería estar penado con una multa y la pérdida del permiso para conducir. En casos extremos, si una colilla provoca un incendio, el responsable debería enfrentarse a una pena aún mayor y de carácter penal.
Pero la administración no se atreve, prefiere seguir explotando por un salario mínimo a las decenas de barrenderos que se utilizan para limpiar las calles de mayor circulación, provocando además un descontrol de las vialidades que de por sí ya están colapsando La Ciudad en las horas pico
Más allá de los incendios y lo sucio de las calles, las colillas son residuos altamente contaminantes.
Contienen sustancias tóxicas como cadmio, arsénico y nicotina, que al ser liberadas en el medio ambiente, pueden tener graves efectos en los ecosistemas, e incluso contaminar acuíferos.
Además de colillas, otros residuos comunes en las cunetas de Saltillo incluyen latas, envases de plástico, toallitas y botellas de vidrio. Estos no solo alteran el equilibrio ecológico, sino que también representan un peligro para la seguridad vial, especialmente para motoristas y ciclistas.
Para combatir esta problemática, hay que poner a disposición de la ciudadanía un medio donde se pueden reportar puntos negros de basura en La Ciudad. Esta herramienta permitirá a las autoridades identificar y retirar de manera controlada acumulaciones de residuos que podrían convertirse en vertederos ilegales.
La colaboración ciudadana es esencial para proteger nuestros espacios naturales y mantener la seguridad en nuestras carreteras. En Saltillo, es vital que cada persona haga su parte para preservar el medio ambiente y prevenir la contaminación.
Pero esto sólo se logrará con un liderazgo responsable desde la administración municipal.