Más de 1,6 millones de toneladas de armas sin detonar ensucian el Mar del Norte y el Mar Báltico. Actualmente, rastreadores de los fondos marinos controlados remotamente y robots con «capturadores inteligentes» están limpiando estas municiones tóxicas.
Un robot cuadrado se arrastra por el lecho marino frente al norte de Alemania, atraviesa el agua turbia con una garra de metal y recoge su objetivo: una granada oxidada, arrojada al mar después de la Segunda Guerra Mundial. Arriba, otro robot nada a lo largo de la superficie, escaneando el lecho marino en busca de más municiones. Más garras de robot llegan al agua desde arriba, arrancando bombas y minas del sedimento.
Un proyecto piloto respaldado por el gobierno alemán implementará estas y otras tecnologías en una bahía del Mar Báltico este verano, para probar un proceso rápido a escala industrial para limpiar las municiones vertidas que están contaminando los Mares del Norte y Báltico. El proyecto es parte de un programa más amplio de 100 millones de euros (84,6 millones de libras esterlinas/106,9 millones de dólares) del gobierno alemán que tiene como objetivo desarrollar una forma de retirar y destruir de forma segura las municiones que ensucian las partes alemanas de los mares del Norte y Báltico , un legado tóxico que asciende a aproximadamente 1,6 millones de toneladas de explosivos y armas vertidos .