Los Alpes se están derritiendo y, como resultado, disminuye la cantidad de agua disponible durante los meses pico de verano. Pero las vacas sedientas no son el único problema: la disminución de la cantidad de agua afecta al flujo de los ríos y su navegabilidad, y un clima más seco y cálido en general significará que los Alpes se están convirtiendo en un entorno menos habitable.