Por El Grito
Fue fotógrafa, artista, cineasta y pionera de la Nouvelle Vague; una creadora original y atrevida, que experimentó y jugó con los múltiples formatos y lenguajes del arte. La exposición Agnès Varda. Fotografiar, filmar, reciclar, que se puede ver en el CCCB hasta el 8 de diciembre, recorre la vida, la obra y las historias fascinantes de una creadora libre, moderna y comprometida con su entorno político y social.
Agnès Varda (Bruselas, 1928 – París, 2019) fue una de las pocas mujeres directoras de su generación capaz de consolidar una carrera de largo recorrido, con más de 40 películas, entre largometrajes y cortos y entre la ficción y el documental. La muestra Agnès Varda. Fotografiar, filmar, reciclar, que se exhibe en el CCCB hasta el 8 de diciembre, celebra la trayectoria y el talento de una artista que experimentó con múltiples soportes y lenguajes artísticos.
A lo largo de su vida, Varda experimentó con múltiples soportes y lenguajes artísticos. Antes de ser cineasta, fue fotógrafa y retratista y, de mayor, creó instalaciones artísticas para museos. En el CCCB, además de los materiales de la exposición original, se incluyen cuatro de estas instalaciones, salas de proyección para ver íntegramente cortometrajes fundamentales de su filmografía y un reportaje fotográfico inédito de su viaje a Cataluña en 1955. También se muestran materiales que establecen conexiones entre artistas catalanes y la obra de la cineasta.

Agnès Varda en el rodaje de La Pointe Courte, 1954 © ciné-tamaris
La muestra también nos descubre la fascinante vida de Varda, marcada por su carrera de fondo para hacer cine con pocos recursos; y por los viajes, hijos, amistades y relaciones diversas que mantuvo. Varda fue protagonista de la efervescencia social y política de su tiempo: el feminismo, el movimiento hippie o la lucha de los Black Panthers. Se relacionó tanto con artistas y actores famosos como con personas anónimas y marginales, que quiso representar y dignificar en sus películas.
Agnès Varda. Fotografiar, filmar, reciclar refleja el espíritu abierto y viajero de Varda a través de objetos personales, carteles, obras de arte o retratos y reportajes de fotos que realizó, algunos de ellos desconocidos o inéditos, como la serie fotográfica de su viaje a Cataluña en 1955, complementan la imagen de Varda, que va más allá del cine.