El consejero Ciro Murayama denuncia que el dinero no alcanza para organizar el año que viene la revocación de mandato de López Obrador y que la estrategia es “desmantelar al órgano de cara a las presidenciales de 2024″
La revocación de mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador ha profundizado el encono entre su Gobierno y el órgano autónomo encargado de los procesos electorales, el Instituto Nacional Electoral (INE). Una medida insólita, para la cual se tuvo que modificar la Constitución en 2019, que busca preguntar a la ciudadanía si desean que el presidente continúe en su cargo hasta el final, en 2024. La organización de esta consulta ciudadana, que implica un despliegue de casillas a nivel nacional similar al de una elección presidencial, además de otros requisitos como la recolecta de casi 3 millones de firmas, está a cargo del INE. Y la Cámara de Diputados está a punto de recortarle el presupuesto en más de lo solicitado por la institución para llevar a cabo la tarea, denuncia el organismo. La última batalla entre el Gobierno y el INE acaba de comenzar.