Puede que lo aconsejable para estar sano sea duplicar la prescripción de la OMS. Ahora bien, también cabe la posibilidad de que no sea así. ¿Y si existiera un punto intermedio?
La Organización Mundial de la Salud lleva años aconsejando la ingesta diaria de al menos 400 g de frutas y verduras, lo que equivale a cinco raciones de estos alimentos. Con ello, asegura la institución, se reduce el riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles y ayuda a garantizar el consumo diario suficiente de fibra dietética. Así que ahí está la población mundial intentando, en la medida de lo posible, cumplir con el precepto nutricional. Un estudio aconseja comer diez raciones de frutas y verduras al día (800 g) para estar sanos Aunque la mayoría de la comunidad científica comparte tal recomendación, lo cierto es que la unanimidad no es absoluta. De hecho, al menos un estudio se desmarca de la afirmación y concluye que las cinco raciones de la OMS solo serían el mínimo, y que deberíamos consumir el doble, diez raciones (800 g), si queremos obtener un mayor efecto protector.
Razones que sustentan estas recomendaciones
Más allá de si debemos contar hasta cinco o hasta diez raciones diarias de vegetales, lo importante es conocer el porqué de esta prescripción. Es decir, ¿qué ocurre en nuestro organismo si llevamos a cabo una ingesta por debajo o por encima de la propuesta de los expertos? En el primer caso, «una de las principales consecuencias de un consumo insuficiente de fruta y verdura es un desplazamiento de la alimentación hacia alimentos más densos calóricamente. Además -continúa Carreira-, no se consigue llegar a las recomendaciones de ingesta de fibra dietética y algunos micronutrientes. Las consecuencias pueden ser variables: estreñimiento, déficits nutricionales, sobrepeso, obesidad, dislipemias, riesgo aumentado de padecer un evento cardiovascular…».
En cuanto a comer más fruta de la recomendada, el dietista-nutricionista no contempla esa posibilidad. Sin embargo, sí le preocupa el abuso de los zumos: «En ellos se pierde parte de la fibra y con esto algunos de los beneficios para la salud. Su consumo debe ser moderado». Comer poca fruta y verdura puede aumentar el riesgo de padecer un evento cardiovascular Por otro lado, el experto nos recuerda que no es posible generalizar y pone el foco en el estudio caso por caso, ya que, por ejemplo, «existen ciertas patologías en las que se debe controlar exhaustivamente los valores de glucosa en sangre. En estos casos, quizá haya que optar más por las verduras y moderar el consumo de frutas. No obstante, en el caso de la diabetes, las tendencias actuales van más hacia la moderación y no a la restricción total«. Y añade: «Para el caso de la intolerancia a la fructosa tampoco se pueden tomar las mismas cantidades de referencia».