El hallazgo confirma el rico ecosistema de la ciudad antes de su destrucción. Un estudio científico confirma, además, que la erupción del Vesubio fue en octubre de 79 d.C.
Pompeya es una caja inagotable de sorpresas. Los arqueólogos acaban de realizar un inusual hallazgo que testimonia el vasto ecosistema de la ciudad romana arrasada por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C.: los restos de una tortuga terrestre con un frágil huevo aún bajo su caparazón. El descubrimiento se ha registrado a medio metro de profundidad en una de las estructuras de la céntrica calle dell’Abbondanza, donde se ha documentado una lujosa domus que tras el terremoto acaecido en 62 d.C. fue demolida y su parcela anexionada a las termas Stabiane.
Según han informado este viernes los responsables del yacimiento, de la tortuga se puede apreciar casi intacta la cabeza, el caparazón y una de las patas, y es «una valiosa pista arqueológica de la última fase de la vida en Pompeya, después del violento terremoto y antes de la fatídica erupción». Los trabajos de investigación han sido efectuados por arqueólogos de la Universidad Oriental de Nápoles, la Freie Universitat de Berlín y la Universidad de Oxford.