Dependiendo de diferentes factores como el tipo de piel y la exposición, será importante elegir una crema que ofrezca la mejor protección frente a los rayos del Sol.
El método COLIPA
Existen diferentes fórmulas para medir este factor de protección. Sin embargo, la más usada en Europa es el sistema «COLIPA». Consiste en medir la mínima dosis de radiación ultravioleta que se necesita para producir una reacción cutánea en la piel humana, con y sin protección. La diferencia entre ambas es el FPS. Este método ordena los niveles de protección de la siguiente forma:
- Bajo: 1 a 6 FPS.
- Medio: 8 a 12 FPS.
- Alto: 15 a 25 FPS.
- Muy alto: 30 a 50.
- Ultra: más de 50.
Factores importantes
De todas formas, Sanidad advierte que esta información hay que tomarla de forma orientativa, ya que no tiene en cuenta otros muchos factores que influyen en a eficacia del protector, como la transpiración, una mala aplicación del producto, la intensidad de la radiación o la zona de exposición al Sol.
El tipo de piel también es determinante. Nuestra piel forma parte de uno de los 6 fototipos establecidos, identificados con números romanos del I al VI. Cuanto más oscura sea nuestra piel, ojos y cabello, más alto será el fototipo y mayor capacidad de bronceado tendremos. Por el contrario, alguien con un fototipo muy bajo como el I o el II, no solo tendrá dificultades para broncearse, sino que su piel tenderá a enrojecerse. A menor fototipo, mayor deberá ser el factor de protección.
También influye si lo va a usar un niño o un adulto, ya que los niños tienen mayor sensibilidad a la radiación, y por tanto, necesitan una mayor protección que los adultos.