Para entender mejor qué es la hipertensión ocular, qué mejor que conocer sus aspectos más básicos. En este sentido, el doctor resume qué es exactamente lo que se evalúa cuando se lleva a cabo una medición de la presión del ojo: «Comprobamos la circulación de un líquido que hay dentro del ojo que se llama humor acuoso. Este líquido entra y sale del ojo, y si hay problemas en la salida, es cuando se eleva la tensión intraocular. Esta subida es el factor de riesgo más importante del glaucoma».
Cuando el valor que se obtiene es superior a 24 mm de Hg, estamos hablando de hipertensión ocular, algo que «es totalmente independiente de la hipertensión arterial», insiste el doctor.
Por otro lado, más allá de las subidas puntuales que podrían estar motivadas por el consumo de café o por una situación de estrés, y que normalmente remiten a lo largo del día, las razones que explican una tensión ocular elevada y mantenida en el tiempo pueden ser muy variadas. «Es habitual que la dificultad de la salida del humor acuoso del ojo se deba a un fallo en las células por las que sale, lo cual a su vez generalmente tiene un componente genético. De hecho, tener antecedentes familiares con glaucoma es un factor de riesgo», apunta el experto.
Una dieta rica en verduras de hoja verde frena el paso de la hipertensión ocular al glaucoma
Otras razones pueden ser que se haya producido un traumatismo, o también que sea fruto del envejecimiento. «No hay que olvidar -recalca el facultativo- que el glaucoma es una patología cuya prevalencia aumenta en personas mayores de 40 años. De ahí, la importancia de tomar la tensión ocular a partir de esa edad. Sobre todo, porque se trata de una enfermedad que no presenta síntomas».