Este viernes se sortean los grupos para el Mundial de Qatar. A casi ocho meses antes del campeonato, se sigue debatiendo la situación de los derechos humanos en el emirato.
«Fue un paso importante”, dijo Matthias Ginter cuando habló sobre la reunión con las organizaciones de derechos humanos Human Rights Watch y Amnistía Internacional. La semana pasada, futbolistas de la Asociación Alemana de Fútbol (DFB) se reunieron con expertos de ambas organizaciones durante 90 minutos. Los jugadores se informaron sobre la situación actual de los derechos humanos en el país anfitrión de la Copa del Mundo, Qatar.
¿Cuál es la situación de los numerosos trabajadores inmigrantes de países asiáticos en las obras de construcción de la Copa del Mundo? ¿Ha habido mejoras notables después de la ley en 2020 que especificaba un salario mínimo y el derecho a la libre elección laboral?
«Las reformas necesitan tiempo»
Tanto Müller-Fahlbusch como el vicepresidente del Sindicato Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera (BHI), Dietmar Schäfers creen que Qatar va en camino de convertirse en una sociedad moderna. Pero que tiene un largo camino aún por delante en cuanto a derechos de las mujeres y de las minorías. «Hay que aceptar que reformas así necesitan tiempo. No se puede ver todo a través de un cristal europeo”, piensa Schäfers.
Fatma Al Nuaimi, directora del Comité Organizador de la Copa del Mundo en Qatar, hace un llamado a la comprensión: «Siempre hemos creído que la Copa del Mundo puede dejar un legado social significativo, especialmente en lo que respecta a los derechos de los trabajadores».
Pocos controles
Sin embargo, hay problemas a la hora de implementar las nuevas regulaciones: «En Qatar hay en la actualidad 900.000 trabajadores y 200 inspectores. Son muy pocos”. Además, el gobierno qatarí no suele sancionar a las empresas que incumplen las normas, afirma.
No perder de vista a Qatar
La experta de Amnistía Internacional «cree que siguen existiendo fuerzas conservadoras, críticas con el proceso de modernización. Se está formando una resistencia a la que le gustaría dar marcha atrás con los cambios en la sociedad”. Por eso, no hay que perder de vista a Qatar de «manera sostenible”: «Si no se lleva a cabo, miles de trabajadores más corren el riesgo de convertirse en víctimas de abusos laborales. La situación podría volverse aún más difícil para los que deseen permanecer en Qatar después del mundial».