La iniciativa insignia en materia cultural de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, el Proyecto Chapultepec: Naturaleza y Cultura, que se realizó en coordinación con el Gobierno de la Ciudad de México, es un gran organismo, un lugar de encuentro y convivencia, un puente entre mundos que no se tocan: zonas residenciales y espacio público abierto, con oportunidades de derechos culturales y ambientales
, explicó Alejandra Frausto, secretaria de Cultura federal, al exponer a La Jornada detalles de esa iniciativa.
Reiteró que las múltiples acciones en torno a Chapultepec, con una superficie de 800 hectáreas en la que se expanden las cuatro secciones del bosque urbano y que recibe más de 24 millones de visitantes al año, demandan que sea entendido como un solo espacio donde se busca justicia social, pues la cultura tiene la posibilidad de unir lo que se divide en otros ámbitos, lo que se va fragmentando
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En ese contexto, reiteró que el bosque se debe releer como un espacio cultural y ambiental que no está dividido
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Durante un recorrido de reconocimiento por una parte de los 12 kilómetros a los que se enfocó gran parte del trabajo y presupuesto de este sector, la funcionaria destacó que el manejo de los recursos públicos fue muy responsable, “el que se usa para Chapultepec es el que se iba en los etiquetados, los famosos moches. Si ustedes revisan qué se hizo durante años con los etiquetados, va a ser un reto que encuentren el legado real de ese tiempo.
“Aquí está fehaciente, es muy coherente la inversión: son 10 mil 500 millones de pesos para un impacto extraordinario que va a tener la mejor tecnología y dignifica lo que existía, con un impacto al bien común de la ciudadanía actual y para las siguientes generaciones.
Lo que está sembrado va a seguir germinando y tener otra vida, tanto cultural como ambientalmente. Fue una apuesta muy grande. La defensa de este proyecto en algunos momentos era poco comprendida. El gozo de la gente en este lugar nos da la razón, cómo lo vive y se lo apropia.
Un mapa que se exhibe en el Centro de Cultura Ambiental permite comprender la dimensión de los 8 kilómetros cuadrados que abarca el parque urbano. Las cuatro secciones se aprecian como una sola área geográfica gigantesca.
“Es un proyecto de muchos proyectos –continúa Frausto–. Es muy difícil de compartir si no se vive porque es un Chapultepec que no conocíamos. No es a lo que estabas acostumbrado.”