El triunfo de Claudia Sheinbaum fue precedido por otro igualmente clamoroso, anticipado por todas las encuestas como el de la candidata de Morena en México. Los salvadoreños eligieron el 4 de febrero a Nayib Bukele para un segundo periodo en la presidencia con más 2.7 millones de votos (84% del total). Nuevas Ideas se hizo también con 54 escaños, de 60, de la Asamblea Legislativa y gobierna 13 de los 14 departamentos. Los partidarios del empresario y político de 42 años pulverizaron a las fuerzas tradicionales. Manuel Flores, del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FLMN) y Joel Sánchez, del conservador Alianza Republicana Nacionalista (Arena) obtuvieron en conjunto 381 mil (7.61%).
Nuevas Ideas ganó la presidencia en 2019 con su fundador, Bukele, un año después de su legalización. El mismo tiempo le llevó a Emmanuel Macron vencer a la partidocracia francesa, con su partido En Marcha (rebautizado como Renacimiento), para ocupar la presidencia. Morena tardó cuatro años para ascender al poder, y cuatro más para erigirse en partido dominante. El 2 de junio, casi 36 millones de mexicanos le dieron su voto para conservar la presidencia, alcanzar la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y estar a dos lugares de conseguirla también en el Senado. La ola guinda gobierna 24 estados y es la primera fuerza en 27 de las 32 legislaturas locales, lo cual le permite emprender nuevas reformas constitucionales.
Considerado por la agencia AP como un «rockstar», Bukele se describía así en los inicios de su carrera política: «[…] Toda la vida he sido de izquierda y mi pensamiento es de izquierda (…) no veía otra opción más que el FMLN, que es la única expresión de la izquierda en El Salvador. (…) Soy de izquierda radical porque quiero cambios radicales (…), no debe imperar más la “ley de la jungla”. En el mundo hay conservadores y radicales: los conservadores no quieren los cambios y los radicales, como yo, quieren los cambios y sin esperar tanto» (Contrapunto, 03.09.12).
Bukele ganó las alcaldías de Cuscatlán y de San Salvador entre 2012 y 2018 por el FMLN. En 2017 fue expulsado por discrepancias con la cúpula del Frente y un año después fundó Nuevas Ideas, cuya posición oscila entre la derecha y la derecha extrema. El bukelismo no ha estado exento de escándalos y acusaciones por violar los derechos humanos en su campaña contra las pandillas. Previo a las elecciones de este año, el Congreso, de mayoría oficialista, aprobó una iniciativa de Bukele para reducir de 262 a 44 el número de municipios, y de 84 a 60 los asientos en el Congreso. La oposición denunció que el ardid era para concentrar el poder, no tuvo eco.
La elección de Claudia Sheinbaum, tres meses después, resultó también apabullante: 35.9 millones de votos (20% más que López Obrador en 2018), 365 diputados y 83 senadores junto con sus aliados, los partidos del Trabajo y Verde Ecologista. El oficialismo triunfó además en siete de los nueve estados que eligieron gobernador. Los 256 distritos obtenidos por la coalición representan el 85% del total; y las 58 senadurías de mayoría relativa, casi el 92%. Sheinbaum asumirá el poder el 1 de octubre con toda esa fuerza para continuar la agenda reformista de la 4T, iniciada por López Obrador. Tal es el mandato de las urnas. El PRI y el PAN han sido condenados a deambular por el país cual fantasmas.