Casi el 80% de los jóvenes experimenta aprensión y ansiedad si tiene que llamar, aunque varios estudios resaltan que hacerlo es bueno para mejorar los vínculos con nuestros allegados
Justo cuando hemos dejado de hacerlo, la ciencia descubre los beneficios de hablar por teléfono. Escuchar una voz amiga crea vínculos más fuertes que enviar un mensaje de texto, afirma este estudio de la Universidad de Texas. Los mismos investigadores reconocen que la mayoría preferiríamos mandar un audio o un texto que llamar y, sin embargo, la conexión que buscamos la conseguiríamos antes hablando que escribiendo monosílabos compulsivos en WhatsApp.
Al menos un par de generaciones le ha cogido manía a hablar por teléfono. Más bien a la comunicación síncrona, porque ya enviamos tantos audios y notas de voz como textos. La comunicación síncrona es la que sucede en tiempo real y nos obliga a tener a mano una respuesta inmediata y certera, mientras el otro escucha nuestros titubeos o se recrea en nuestros silencios. En los sistemas de comunicación asíncronos, como los audios de WhatsApp o los mensajes de texto, es posible editar y borrar. En resumen, controlar la versión de nosotros mismos que deseamos mostrar, pero en una conversación en tiempo real todo nos delata.
Algo generacional
“Yo soy generación X [entre 40 y 50 años] y entiendo perfectamente las bondades de la comunicación síncrona”, afirma Cristóbal Fernández, vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, y añade: “Las llamadas son el paradigma de la comunicación síncrona, pero son bastante disruptivas, no necesariamente se producen en el momento adecuado. En cambio, la comunicación asíncrona se puede preparar mejor. La síncrona puede generar ansiedad, incluso pánico en los más jóvenes, que se resisten a responder una llamada en el momento que se produce. De ahí que sea cada vez más habitual llevar el móvil siempre en silencio”.