En el cerebro
Recordemos que la cafeína es un estimulante del sistema nervioso central, que puede provocar nerviosismo e hipertensión arterial.
Si hablamos de un fármaco dirigido a producir un efecto sedante o tranquilizante, la mezcla con el café o una bebida con cafeína va a ser perjudicial porque va a contrarrestar los efectos del medicamento.
Varios de estos fármacos pertenecen a la familia de las benzodiazepinas, que se usan en tratamientos, por ejemplo, de la ansiedad y el insomnio.
«La cafeína llegaría al cerebro a la vez que este fármaco», dice Puerta.
«Entonces, recibiría, por un lado, el estímulo de la cafeína y, por el otro, la acción relajante del medicamento: efectos opuestos».
«La administración de esos fármacos junto con bebidas ricas en cafeína está absolutamente desaconsejado porque estás tomando a través del café o la bebida de cola, una molécula que hace exactamente lo contrario a lo que los fármacos están tratando de lograr».