Por primera vez en su historia y coincidiendo con el 50º aniversario de su muerte, las ventas del genio se resienten por una sociedad con mayores exigencias éticas y un mercado carente de grandes obras
El genio, el monstruo, el vampiro. “Necesitaba sangre para firmar cada uno de sus cuadros: la de mi padre, la de mi hermano, la de mi madre, la de mi abuela, la mía. Necesitaba la sangre de quienes le querían”. Esto escribe Marina Picasso en su autobiografía: Picasso, mi abuelo(Plaza y Janes, 2001). En el 50º aniversario de su muerte