El padrón de afiliados del PRI en Coahuila es el segundo más grande del país (258 mil 772), solo superado por el de Estado de México (298 mil 021). Arriba del 40% de la militancia se concentra en ambas entidades según la verificación del Instituto Nacional Electoral (INE) de este año. Los partidos, para conservar su registro, deben mantener tres mil miembros en al menos una veintena de estados o bien 300 en un mínimo de 200 distritos electorales uninominales. La Ley General de Partidos Políticos también los obliga a acreditar el equivalente al 0.26% del padrón electoral federal utilizado en los comicios previos. Las comprobaciones se realizan cada tres años y sirven para garantizar el cumplimiento de la norma antes de iniciarse el proceso inmediato.
Morena es el partido con mayor número de afiliados válidos (2.3 millones en números redondos) de acuerdo con el INE. Le siguen el PRI (1.4 millones), el PRD (999 mil), el Partido Verde Ecologista (592 mil), el Partido del Trabajo (457 mil), Movimiento Ciudadano (384 mil) y el PAN (277 mil). En todos los casos la mayoría de los militantes son mujeres. No de balde las candidatas de las principales fuerzas políticas pertenecen a ese género y una de ellas será la primera presidenta de México: Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez.
En términos de población, la nómina priista de Coahuila supera por mucho a la de Estado de México, pues el primero tiene 3.3 millones de habitantes y el segundo 17 millones. En las elecciones para gobernador de este año, Morena ganó la joya de la corona, Estado de México, y el PRI conservó Coahuila en alianza con Acción Nacional. La declaración según la cual «el PRI de Coahuila es el mejor del país» no es, pues, simple jactancia. Además de la gubernatura, el partido tricolor hizo carro completo en la elección de diputados, pero aun así tendrá menos asientos en la próxima legislatura, pues cinco escaños serán para el PAN.
Ser el último baluarte del viejo sistema coloca al PRI estatal en una situación comprometida. Afrontar a Morena y a la 4T, de la cual el Gobierno de Coahuila y su partido son críticos pertinaces, puede provocar un mayor endurecimiento de la federación. Máxime si Claudia Sheinbaum sucede a Andrés Manuel López Obrador en la presidencia. La favorita en las encuestas profundizará las políticas y programas de la actual administración. «El modelo funciona y se llama humanismo mexicano. Tan es así que no solo apoya a los que menos tienen, a los humildes, a los pobres de nuestro país (cosa) que nunca se había visto en muchos años, sino que además los empresarios están contentos porque hay desarrollo, posibilidad de inversión y porque se genera empleo», declaró la exjefa de Gobierno de Ciudad de México en Matamoros, durante la firma del acuerdo unidad suscrito por líderes sociales.
El PRI perdió en Coahuila tres de las cuatro últimas elecciones presidenciales con candidatos propios (Francisco Labastida, Roberto Madrazo y José Antonio Meade); en 2012, Josefina Vázquez Mota estuvo a menos de cuatro puntos de ganarle Peña Nieto. La incógnita de 2024 es si el priismo votará por Xóchitl Gálvez, militante de un partido antagónico al suyo hasta hace poco, así sea cobijada por el Frente Amplio. Operadores del PRI ven con pesimismo el panorama. El nombre de López Obrador no estará impreso en las boletas, mas sí su impronta. Con Sheinbaum en Palacio Nacional, la continuidad de su proyecto estaría asegurada.