Las multinacionales empiezan a romper con Rusia, que se estrena en ese papel de paria internacional en el que le están dejando las sanciones y las iniciativas particulares de las empresas, cuenta Álvaro Sánchez.
Algunos ejemplos:
- Cine. Los rusos no verán este viernes en los cines el estreno de Batman porque Warner Bros lo ha cancelado. Tampoco llegarán Red, de Pixar, anulado por su dueña, Disney, ni Morbius, de Sony.
- Coches. Volvo, Jaguar Land Rover o la división de camiones de la alemana Daimler no enviarán vehículos. BMW estudia seguir sus pasos o desprenderse de sus participaciones allí, como Mercedes Benz, con su 15% en el fabricante ruso de camiones Kamaz.
- Combustibles. British Petroleum se desprenderá de su 19,75% en Rosneft, Shell romperá sus alianzas con Gazprom, y la petrolera estatal noruega Equinor detendrá sus inversiones y se deshará de sus activos.
- Transportes. La irlandesa AerCap, líder global en el alquiler de aviones, dejó de arrendarlos a las aerolíneas rusas. Las dos mayores navieras del mundo, la suiza MSC y la danesa Maersk, no llevarán pedidos a puertos rusos.