Uno de los mayores problemas que estudia la economía, específicamente la macroeconomía, es la inflación de hecho las autoridades monetarias de los países, el Banco de México para nuestro caso, tienen como objetivo prioritario mantener una inflación baja y estable, es decir que el peso no pierda poder adquisitivo.
En el transcurso de la historia se han presentado casos de inflación baja y estable, otras ocasiones varias economías han atravesado una hiperinflación, la cual es definida como el aumento constante, desorganizado, excesivo, descontrolado y exagerado de los precios, por citar un ejemplo se han dado situaciones en las cuales algún cliente llega a una cafetería, pregunta por el precio de un café, siendo este, por ejemplificar, $20, pide el café, se lo toma y al pedir la cuenta el café cuesta ya $40, es decir lo doble. Otro ejemplo de hiperinflación es el de Argentina, cuando consumidores llegaban al supermercado con los carritos llenos de billetes para poder pagar sus compras. Es importante señalar que ambos casos expuestos, el consumo y la compra – venta se realizó.
Sin embargo, existe algo peor que el aumento en los precios y por descabellado que parezca eso peor es que los precios en general bajen, fenómeno conocido como deflación.
La causa de la deflación es la reducción en la demanda de las mercancías. Los efectos son atroces para las empresas, los gobiernos y los individuos, pues se genera un paro en la producción ocasionando una parálisis de la economía en general, las empresas tendrán que seguir reduciendo los precios de venta con la intención de conseguir ventas, se despedirían a muchos trabajadores por la falta de ingresos con los cuales se paga el sueldo y salario.
Técnicamente existe la ventaja de que el poder adquisitivo se incrementa, aunque en realidad no hay consumo, por ello los precios siguen bajando. Tiene una lógica, imaginemos por un momento que usted se dedicada a la venta de agua embotellada y durante un tiempo no tiene ventas, lo que hará para buscar vender su producto es bajar el precio. Un buen ejemplo es el precio tan barato de la gasolina que tuvimos no sólo en México, sino en el mundo entero, durante la pandemia del Covid – 19El problema real a diferencia de los dos ejemplos que señalé de hiperinflación, en la deflación no hay compra venta, es decir la gente no tiene dinero para realizar compras ocasionando que los precios sigan bajando y con ello un aumento en el desempleo, una reducción en la inversión, en el consumo y en el PIB, aumentando la pobreza.
Dice el viejo adagio “No hagas cosas buenas que parezcan malas” y precisamente la deflación es así parece buena muy buena de hecho, a quien no le gusta que los precios bajen, pero en realidad es mala muy mala.