Entre las hipótesis sobre el asesinato de Luis Donaldo Colosio, una de las más sólidas, compartida por la DEA y la CIA, es la del narcotráfico y sus vínculos con el círculo cercano del presidente Carlos Salinas de Gortari. En el serial Historia de un crimen: Colosio (Netflix, 2019), el candidato del PRI a la presidencia rechaza el ofrecimiento de un cartel para financiar su campaña. Molesto, el primer hermano del país profiere un mensaje premonitorio: «Donaldo, las puertas de Los Pinos se abren desde adentro». Las líneas corresponden a una tarjeta autógrafa de Raúl Salinas publicada tras el atentado del 23 de marzo de 1994 en Lomas Taurinas.
En Colombia tres candidatos presidenciales fueron asesinados en un lapso de ocho meses, comprendido entre agosto de 1989 y 1990: Luis Carlos Galán, favorito para ganar las elecciones, en el desarrollo de un mitin político (lo mismo que Colosio); Bernardo Jaramillo, en el aeropuerto de Bogotá; y Carlos Pizarro, durante un vuelo a Barranquilla. Sicarios del cartel de Medellín y organizaciones paramilitares perpetraron los ataques. Galán representaba un peligro para las mafias, pues apoyaba la entrega de capos a Estados Unidos. El tiro de la organización liderada por Pablo Escobar salió por la culata, pues al día siguiente de la muerte de Galán el presidente Virgilio Barco decretó la extradición. La ley no entró en vigor, pues la invalidó la Corte.
El jefe del cartel de Medellín también intentó asesinar a César Gaviria, relevo de Galán en la candidatura del Partido Liberal Colombiano, por estar a favor de la extradición. Escobar ordenó estallar una bomba en el vuelo 203 de Avianca que Gaviria abordaría. El atentado causó la muerte de 104 personas, entre pasajeros y tripulantes; tres más se encontraron bajo los escombros. Gaviria decidió de último momento no tomar el avión, aconsejado por sus asesores de seguridad. Escobar fue abatido durante una persecución policiaca el 2 de diciembre de 1993, antes de que Gaviria terminara su mandato. Después se desempeñó como secretario general de la Organización de Estados Americanos, apoyado por la administración del presidente Bill Clinton.
Colombia no ha resuelto el problema del narcotráfico y la violencia, pero ya dejó atrás los años de terror que provocaron caos y el asesinato de políticos, jueces, fiscales, mandos policiacos y legiones de civiles en bombazos callejeros, contra instituciones públicas y en centros comerciales. También rompió el cacicazgo del presidente Álvaro Uribe con el ascenso de su exaliado Juan Manuel Santos al poder, lo que constituyó un golpe contra la burguesía de su país. Santos cambió el enfoque uribista con respecto al narcotráfico y la guerrilla. En 2016 ganó el Nobel de la Paz por los acuerdos con las FARC-EP.
Uribe, quien es investigado ahora por fraude procesal y sobornos a testigos, guarda semejanzas con el expresidente Felipe Calderón. «Unidos por afinidades ideológicas (…) creyeron que el esquema de “seguridad democrática” (…) podría ser copiado por el mexicano para vencer a los carteles de la droga. Aunque el caso colombiano tuvo algunos resultados positivos, esa política hundió a su país en la violencia y acarreó violaciones a los derechos humanos. El resultado en México fue similar: más hechos violentos, corrupción en las fuerzas federales, multiplicación de bajas civiles… (Rafael Croda, Proceso, 02.01.21).
México desplazó a Colombia como centro del poder del narco, sin llegar a los extremos de terror padecidos en el antiguo Reino de Granada. Tras las agresiones contra Colosio y el exsecretario general del PRI, José Francisco Ruiz Massieu, la figura política más relevante eliminada por un cartel de la droga, en complicidad con políticos de su partido, fue Rodolfo Torre Cantú. El candidato del PRI al Gobierno de Tamaulipas murió acribillado el 28 de junio de 2010, una semana antes de las elecciones. Durante el proceso electoral en curso 25 aspirantes a alcaldes, diputados y otros cargos han sido asesinados: 10 de Morena, cinco del PAN, cuatro del PRI, tres de Movimiento Ciudadano; y en los casos del PRD, PT y Verde, uno de cada uno (Animal Político, 20.04.24).