La sismicidad y grandes grietas sobre el terreno avisan de una probable erupción, que ya ha obligado a evacuaciones y que puede ser importante, pero nada parecido al Eyjafjallajökull
Cientos de terremotos al día y fracturas en el terreno avisan de que el magma puede estar llegando a la superficie. Grindavík, una localidad pesquera de unos 3.000 habitantes ubicada en la península de Reykjanes, al suroeste de Islandia, ha tenido que ser evacuada y la autoridad de Protección Civil ha declarado el estado de emergencia. Nadie sabe en qué punto exacto puede surgir la erupción, pero todos los indicadores señalan que esta pequeña ciudad, próxima a la popular atracción turística Laguna Azul (Blue Lagoon), está en peligro. Reikiavik, la capital islandesa, se encuentra a tan solo 40 kilómetros, y aún más próximo está el aeropuerto de Keflavík, único internacional del país.
De hecho, si se piensa en volcanes islandeses, es inevitable acordarse del caos aéreo que provocó en 2010 el Eyjafjallajökull. Sus cenizas provocaron la cancelación de más de 20.000 vuelos en toda Europa. Por el contrario, las más recientes erupciones del Fagradalsfjall, que han tenido lugar en 2021, 2022 y este mismo verano se convirtieron en un espectáculo de la naturaleza casi inofensivo. ¿Qué nos espera esta vez?