El presidente Andrés Manuel López Obrador dista mucho de ser el estadista que piensa en la siguiente generación. Es, al contrario, el político que maquina cómo ganar la próxima elección, lo cual no lo distingue del resto. Desde esa perspectiva, todo lo convierte en votos. El cálculo de que 25 millones de ciudadanos simpatizan con el conservadurismo —y por ende rivalizan con la 4T y a sus reformas— lo basa en los comicios de 2018. Ese año, el PAN, PRI, PRD y MC obtuvieron juntos 21.8 millones de votos. Tras la marcha del 26 de febrero contra el «plan B» electoral, AMLO aconsejó a la elite de ese potencial incrementar su capacidad de movilización, «aunque esto —advirtió— exige muchas fatigas».
Una semana después de las manifestaciones ciudadanas para demandar a la Suprema Corte de Justicia abrogar las leyes secundarias del «plan B», varios sondeos confirmaron que el voto opositor no alcanza todavía para desplazar a Morena de la presidencia. De acuerdo con una encuesta de El Financiero (6.03.23), la intención de voto por el partido guinda aumentó a 45% frente al 18% del PAN y el 14% del PRI. Por bloque, la preferencia por Morena-Verde-PT es del 54%, 17 puntos por encima de la coalición PRI-PAN-PRD. La aspirante mejor calificada es Claudia Sheinbaum (43%), seguida de Marcelo Ebrard (36%).
Las encuestas de Buendía & Márquez para El Universal y de Mitosfky para El Economista marcan las mismas tendencias con diferencias porcentuales. Morena ganaría con Sheinbaum o Ebrard a Beatriz Paredes, Claudia Ruiz Massieu (PRI), Margarita Zavala (PAN) y Luis Donaldo Colosio (Movimiento Ciudadano), de acuerdo con Mitofsky. La misma indagación arroja una aprobación del 63.4% para el presidente López Obrador. Para el 66.4%, México está preparado para que lo gobierne una mujer. Diez países de América Latina, entre ellos Argentina, Brasil, Chile y Costa Rica ya han tenido presidentas.
En la pesquisa de Massive Caller, la coalición Morena-PT-PVEM capta el 45% de las intenciones de voto y el frente PAN-PRI-PRD, el 31.8%. Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum lideran las preferencias de la alianza Juntos Hacemos Historia. Ricardo Anaya y Luis Donaldo Colosio, de Va por México, ocupan los primeros lugares. En el caso de MC, el gobernador de Nuevo León, Samuel García, supera por casi 10 puntos a su homólogo de Jalisco, Enrique Alfaro. Los aspirantes opositores a la presidencia no solo no han crecido, tampoco dan señales de vida. En cambio, los del partido gobernante están en campaña permanente con la aquiescencia de López Obrador.
Las oposiciones no han sabido convertir el enfado ciudadano y las protestas contra el Gobierno del presidente López Obrador en intención de voto, y el tiempo para hacerlo es cada vez menos. El escritor Jesús Silva Herzog-Márquez plantea al respecto: «Más de la mitad de los encuestados busca hoy opciones por fuera del partido oficial. El problema es que, en los últimos años, nadie ha detectado vida inteligente en los partidos de oposición. (…) Tienen asientos en la legislatura, ocupan edificios, postulan candidatos, reciben sus subsidios, pero no logran dar un paso, no tienen diagnóstico de lo que sucede ni plan para construir un futuro distinto. Los partidos de oposición han quedado reducidos a su cáscara. Son envoltura de algo que ya se pudrió (Reforma, 06.03.23).
El juicio del analista sobre los partidos tradicionales resulta inapelable: «Si el liderazgo actual del PAN es invisible, el del PRI es escandaloso. La dirigencia actual del PRI resulta repulsiva para los propios legisladores del PRI. Quedan pocas semanas para resolver si podrá sobrevivir la elección del Estado de México, pero hoy parece improbable que quede algo más que el logotipo. La apuesta de la gran coalición opositora es hoy la invitación a bebernos un jugo de cáscaras. Nos dicen que es garantía el que el jugo sea extracto de distintas frutas. No imagino quién pudiera encontrar apetitoso ese licuado»