La Sociedad Española de Oftalmología explica los riesgos del procedimiento que se ha puesto de moda y se está popularizando
Según los datos, solo del 8 al 10% de la población tiene los ojos azules, un rasgo preciado que varios estudios achacan a un antepasado común. Concretamente, según una investigación de la Universidad de Copenhague, el rasgo de los ojos azules se obtuvo a partir de una mutación genética que afectó al gen OCA2, el cual hace que el iris tenga un color oscuro. Hasta hace muy poco, cada uno vivía con el color de ojos que le tocaba en función de su genética, pero en los últimos años se ha desarrollado un procedimiento quirúrgico conocido como queratopigmentación anular, que permite cambiar el color del iris. Y el azul es el protagonista porque, junto con el verde, suele ser el color elegido para estos cambios (poca gente decide pigmentar sus ojos de marrón).
En un primer momento, tenía como propósito ayudar a pacientes que, debido a alguna patología, tenían algún problema en los ojos: opacidad corneal, heterocromia, anisocoria, fotofobia u otros problemas en el iris. Sin embargo, en la actualidad se baraja la posibilidad de hacerlo exclusivamente por razones estéticas. Si echas un vistazo a internet, las webs que recomiendan hacerlo aseguran que se han realizado «multitud de ensayos» que han probado que ni el procedimiento ni la pigmentación generan complicaciones en los pacientes y, además, mantienen el nuevo color de ojos de manera irreversible.
El oftalmólogo José Antonio Gegúndez, vicesecretario de la Sociedad Española de Oftalmología, ha decidido hacer público un comunicado de prensa con aclaraciones al respecto. «La fotoqueratopigmentación, que es el nombre completo del procedimiento, pigmenta la córnea, no el iris», explica. «Sería lo mismo que ponerse una lente de contacto cosmética, que tiene un aro de color y el centro transparente para poder ver. Básicamente, se basa en hacer un bolsillo circular dentro del espesor de la córnea e introducir un pigmento de colores a gusto del consumidor, dejando la pupila libre».
La Socieda de Oftalmología la desaconseja
No hay ningún estudio que avale su seguridad: especialistas en córnea y han visto a pacientes que se habían sometido a esta técnica en otros países, a los que se le habían descompensado la córnea y habían perdido su transparencia. Si la córnea se vuelve opaca, necesita un trasplante urgente, y además no puede estar desacompasada, sino que tendrían que operarse ambas. Por supuesto, la Sociedad Española de Oftalmología no recomienda esta práctica bajo ninguna circunstancia».