Desde que la FIFA concedió el Mundial al país árabe, no han parado de salir a la luz vulneraciones de derechos como la libertad de expresión o abusos laborales
El domingo 20 de noviembre echa a rodar el balón que inaugura la Copa Mundial de Fútbol masculino de la FIFA 2022, que durará hasta el 18 de diciembre y se disputará en Qatar, lo cual no ha estado (ni está) exento de polémica. Esto se debe a las denuncias de distintos organismos como Amnistía Internacional (AI) o Human Rights Watch (HRW) por la violación de derechos humanos en el país árabe. Esta situación ya era conocida por la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociado), el organismo rector del fútbol, en el 2010, cuando concedió a Qatar el torneo, a pesar de que las leyes del régimen catarí son incompatibles con los propios estatutos de la Federación, que establecen en el artículo 4 la “lucha contra la discriminación, la igualdad y la neutralidad”. Además de no cumplir con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, firmada por Qatar en 1971, donde se establece que estos “deben ser respetados y reafirmados por los países miembros”. A su vez, cabe señalar que no es la primera vez esto sucede, ya que Amnistía Internacional denunció anteriormente violaciones de derechos humanos en la celebración de otros mundiales. “Desde Sudáfrica en 2010, cuando iban a desalojar a personas para poder construir estadios nuevos, hasta Rusia en el 2018, donde se denunció la anexión de Crimea o de Georgia. Esto apunta a que es muy probable que siga pasando, porque lleva ocurriendo mucho tiempo”, asegura Ricard Taboada, miembro de Amnistía Internacional.