Orenthal James Simpson, conocido mundialmente como O. J. Simpson, ha fallecido este 11 de abril a causa de un cáncer a los 76 años. La noticia ha sido confirmada por su familia la mañana de este jueves en las redes sociales. Su entorno ha pedido privacidad y misericordia para quien fue una de las mayores celebridades del deporte de estados Unidos en los años setenta y quien, décadas después, se convirtió en el principal sospechoso del asesinato de su exesposa y su amante, cometidos en junio de 1994. A pesar de ser absuelto un año después de los crímenes en el que fue apodado como “el juicio del siglo”, nunca más pudo sacudirse la sospecha de ser el autor del doble asesinato para la mayoría de la opinión pública de su país y del mundo.
Simpson protagonizó uno de los momentos grabados a fuego en la memoria de los estadounidenses, su huida en una camioneta Bronco color blanco en una autopista de Los Ángeles. Sucedió en junio de 1994 y obligó a que las cadenas de televisión modificaran su transmisión e incluso interrumpieran la narración de la final de la NBA. El exjugador había decidido entregarse a las autoridades para encarar las acusaciones por la muerte de Nicole Brown Simpson y su amigo, Ron Goldman. Después cambia de opinión y hace que la policía lo siga por varios kilómetros hasta que logran arrestarlo en su residencia varias horas después.
Esa espectacular persecución, llevada a cabo a baja velocidad porque las autoridades temían que Simpson se quitara la vida, hizo recordar a muchos su pasado lleno de gloria. Orenthal James, nacido en San Francisco, se hizo un nombre en el deporte estadounidense escapando de los defensivos en las canchas del fútbol americano colegial. Comenzó en la universidad de su ciudad natal para después ser transferido a la Universidad del Sur de California, donde saltó a la fama. Lideró en yardas por tierra en los años de 1967 y 1968, lo que lo hizo merecedor del prestigioso trofeo Heisman con una holgada ventaja sobre sus rivales.