Algunos restauranteros se quejan de no encontrar personal para sus negocios. ¿No hay «ganas de trabajar»? ¿O la precariedad y las malas condiciones han convertido el sector en «la esclavitud del siglo XXI»? | EL COMIDISTA|
Trabajar en restaurantes y bares ¿ganar o perder la vida?
En Saltillo los empresarios siempre quieren más con menos -incluidos o sobre todo los restauranteros- y sÍ, por eso se abren bares y restaurantes tan seguido… «un negocio de servicio turístico»; del nivel que sea pero «de servicio», donde la gente llega a entregar su dinero; poco o mucho, pero esperando ser atendido por el valor de su dinero. Pero no es así.
En la mayoría de estos lugares se muestra falta de entrenamiento del personal. Pero lo interesante viene con las malas retribuciones a los empleados, los cuales empiezan por ofrecer un mal servicio y terminan con el abandono del puesto de trabajo.
Pero aquí viene lo interesante, el restaurantero en vez de contratar a un mejor empleado aprovechan para atraer a un novato sin experiencia y con necesidades económicas que acepta el empleo. No por el sueldo sino por la expectativa de las propinas; que suponen el verdadero ingreso de esta persona que en realidad nunca lo ve llegar.
Ya lo anticipó el presidente de USA, si quieren más y mejores trabajadores «paguen más». Es tan sencillo. Todos sabemos con los datos IMSS que, con el bum de la la industria manufacturera en la región, se fueron muchos de los trabajadores de otros sectores porque entre otras cosas pagaban sueldos a personal eventuales sin formación que duplicaban lo que paga hoy un restaurante. Pues la ecuación es simple: paguen más y tendrán más y trabajadores más cualificados, en beneficio de los comensales.
Es importante destacar el componente especulativo del negocio del turismo impulsado por los gobiernos que no impide, más bien fomenta zonas de concentración de ocio para bares y restaurantes, que hace que el que se enriquece es el dueño del local en alquiler, y repercute directamente en los sueldos de los trabajadores, no en los beneficios del «empresario».
Son muchos los trabajadores de este sector que abandonan sus trabajos y se van por las pésimas condiciones laborales, el fraude y el incumplimiento de los acuerdos. Hacen falta auténticos empresarios y lo que sobra es gente sin escrúpulos.
Lo que no terminan de entender muchos de estos propietarios de bares y restaurantes es que un buen mesero o mesera, hace que el negocio suba y uno malo puede traer problemas.
Luego están los negocios que por su cómoda situación les da igual todo porque saben que siempre van a tener gente. Pero generalmente la gente vuelve a los sitios donde atienden bien. En otro caso no vuelven.
En conclusión, un buen mesero es fundamental y para ello habría que tratarles bien, pagarles bien, incentivarles y respetar sus derechos. Pero la cultura del propietario de estos negocios, en general dista mucho de estas contemplaciones. Algo contundente habría que hacer para empezar a cambiar estas costumbres despreciables.