La actividad pública de los precandidatos que aspiran a la gobernatura de Coahuila, entra en pausa. Las campañas inician hasta el mes de abril. A partir de la importancia que le dieron a este período y la posición que ocupan actualmente en las encuestas disponibles, veremos su potencial para la competencia. Aunque no todo está dicho. Las cosas en Coahuila, todavía se perciben muy raras. Pareciera que Morena se empeña en perder la carrera por la gobernatura. Sin embargo, todavía hay mucho tiempo para corregir y pronosticar ganadores y perdedores.
La contienda se percibía muy cerrada a lo largo de los meses anteriores. No obstante, la reacción de Ricardo Mejía rompió el empate y complicó los escenarios. La fractura del partido guinda fortaleció la posición de Manolo Jiménez quien irá en alianza PRI-PAN-PRD. Además, el errático comportamiento de Armando Guadiana quien fracasó en la operación cicatriz, en estas semanas solamente ha logrado alejar a Luis Fernando Salazar y a Reyes Flores. Adicionalmente, se rehúsa a modificar su peculiar estilo de hacer campaña. Eso, poco le ayuda.
En Coahuila, los dos aliados morenistas de siempre, el Partido Verde Ecologista de México y el Partido del Trabajo llevan candidatos propios. Ambos están muy lejos, en este momento, de ser considerados favoritos. Tanto Lenin Pérez como Ricardo Mejía, arrancan en el último lugar. Con el Tigre, en mucho mejor posición que el dueño de la Unidad Democrática de Coahuila. Diversas versiones apuntan a que el pastor priista del congreso, el diputado Eduardo Olmos, le consiguió al acuñense la candidatura con los del partido del tucán, para que robe votos a los morenistas.
Al candidato de Morena, Armando Guadiana, le falta entusiasmo. Parece que se empeña en complicar las cosas y perder. Además, ahora sí ya se ve más cansado. Sigue alegre pero más dosificado e igual de desordenado en sus actividades proselitistas. Nunca le ha gustado mantener la disciplina y la planeación que demanda una campaña electoral ganadora. Pareciera que no quiere conquistar nuevos votantes, las anteriores campañas no le enseñaron mucho, lo cierto es que siempre le faltaron votos.
El empresario minero, dice que todos los coahuilenses lo conocen bien, aunque evidentemente prefieren a sus adversarios a la hora de depositar las boletas en las urnas, le faltó agregar. De las tres elecciones recientes en las que participó, perdió en dos, la de senador la ganó montado en la enorme ola del tsunami de Andrés Manuel en el 2018.
Así, Guadiana sigue perdiendo activos. Primero Mejía desertó de Morena y le arrebató una rebanada de los opositores que no quieren al PRIAN y a Manolo. Posteriormente, Reyes Flores se despegó de la precampaña y, tal vez, deprimido por la forma en la que lo cortaron de superdelegado y la manera en que nombraron a Claudia Garza del Toro, con quien sostiene conflictos. Ahora, seguramente buscará colarse a una candidatura, este año o el siguiente.
En el caso del ex panista lagunero, Luis Fernando Salazar, se dice que se molestó porque el par de expriistas, laguneros, exriquelmistas y ex burbujos, Shamir Fernández y Jorge Luis Morán, fueron incorporados a la precampaña, muy deslucida de Armando Guadiana. Del político del Stetson, señala que no le gusta mucho levantarse temprano ni hacer muchos eventos. Guadiana responde que prefiere batear jonrones y realizar tiros de precisión, lo cierto es que el senador con licencia ha perdido dos de tres campañas en los últimos seis años.
Por su parte, en el campamento de Ricardo Mejía, y algunos dirigentes nacionales del PT, argumentan que remontarán las desventajas existentes, y que éste será un proceso electoral, parecido al de San Luis Potosí, en donde el candidato del partido Verde, el Pollo, José Ricardo Gallardo, le ganó a la candidata morenista a quien mandaron hasta el tercer lugar.
Si Mejía logra acumular recursos humanos y materiales, con talento y en cantidades suficientes, podría acercarse a Guadiana. Pero el voto de los becarios del bienestar seguirá fielmente a quien el presidente indique. Se habla que esas pensiones y becas ascienden a seis mil millones de pesos, directos a las cuentas de los beneficiarios. En contraste, los apoyos estatales en las colonias son de solamente mil millones en especie y entregados por las lideresas.
Por lo pronto, parece que Morena, eligió a alguien que no se va a esforzar mucho por ganar. Que el partido no supo controlar al que desertó. Que ese proceso de selección lo dejó más fragmentado que nunca. Mejía tiene un mes para crecer y volverse competitivo. Y, Manolo deberá esforzarse por mejorar su imagen para apoderarse completamente de los clasemedieros coahuilenses, siempre tan antipriistas. Los escenarios locales y nacionales son muy volátiles, hay demasiada turbulencia. Lo que parece es que Morena ya se da por perdido en Coahuila. Solamente los errores de Manolo y la alianza podrían hacerlos perder. Son tiempos interesantes. Veremos.