El primer presidente afroestadounidense, Barack Obama, fue relevado por un supremacista furibundo, Donald Trump. Obama, quien se declaró populista cuando Enrique Peña Nieto criticó frente a él a los políticos de ese corte, anticipó en su discurso de despedida lo que vendría. «La democracia se puede tambalear cuando se entrega al miedo». Y lo que Trump, cual Calígula, ha impuesto desde su primer mandato, es pánico. Trump adoptó el lema del emperador romano: «Que me odien con tal de que me teman». Pero el temor empieza a convertirse en rabia, en Estados Unidos y en el mundo.
El odio visceral de Trump hacia Obama refleja su inferioridad moral, política y cultural. Platón advertía de los Trump de su tiempo (y de todos): «El hombre que es temido de muchos a muchos ha de temer». Los adversarios de Trump empiezan a multiplicarse. Cory Booker, senador demócrata, es uno de ellos. El mes pasado, en la tribuna de la Cámara Alta, habló 25 horas y cuatro minutos, sin interrupción, contra el trumpista y el billonario Elon Musk. Hoy por hoy es la dupla más repudiada de acuerdo con las encuestas. «Decenas de miles de personas lo siguieron en directo, curiosas por ver cuánto tiempo podía llegar a hablar», publicó el New York Times.
El «momento moral» de Estados Unidos exige fijar postura frente a la administración, dijo el exalcalde de Newark en dos periodos. En su discurso evocó a uno de los defensores de los derechos civiles de los afroamericanos más respetados, John R. Lewis, Medalla Presidencial de la Libertad 2011). Lewis, excongresista por Georgia, acompañó a Martin Luther King en la marcha del «Domingo Sangriento», celebrada en 1965 para demandar la protección del Gobierno a los votantes negros. Booker citó a Lewis, fallecido en 2020: «(Pidió) que saliéramos y causáramos algunos buenos problemas, problemas necesarios, para redimir el alma de nuestra nación. Quiero que rediman el sueño. Seamos osados en Estados Unidos».
Booker, de 56 años, superó por 48 minutos el discurso pronunciado hace casi siete décadas por el también senador Strom Thurmond contra de la Ley de Derechos Civiles de 1957. El obstruccionismo parlamentario de Thurmond (conocido como filibusterismo) era para retrasar el acceso de los estadounidenses negros al voto, pero no lo consiguió. El proyecto fue aprobado en la misma sesión y el presidente Dwight D. Eisenhower lo promulgó en septiembre. Thurmond había sido candidato del partido segregacionista de los Dixiecrat en las elecciones presidenciales de 1948, ganadas por Truman.
Booker parecía el sucesor natural de Barack Obama en 2020, pero la candidatura demócrata recayó en Joe Biden. Después discursear 25 horas para fustigar a Trump, quien cayó del pedestal en menos de tres meses, la estrella de Booker vuelve a resurgir. Trump profiere insultos por doquier, pero tiene fijación por sus predecesores. En una conferencia en Chicago, a mediados de abril, Biden acusó al tándem Trump-Musk de «disparar primero y apuntar después». La idea de destruir la Agencia del Seguro Social (SSA) es para «robarla» y recortar «impuestos a multimillonarios y grandes corporaciones». La Seguridad Social es una «promesa sagrada», pero la destrucción causada en menos de 100 días «es impresionante». Obama calificó de «ilegal y torpe» la retención de fondos federales a Harvard. (BBC News Mundo, 16.04.25). La hybris metió a Trump en un callejón sin salida.