La política de AMLO se basa en la desinformación y el control. Con instituciones debilitadas y una ciudadanía desinformada, México enfrenta una nueva era de autoritarismo y corrupción.
México es un país de pobres, gobernado por miserables. Somos ciudadanos apáticos y poco informados. El presidente, López Obrador, construye el autoritarismo y destruye la democracia. Restaura a la Presidencia Imperial, la del Viejo PRI, de los setenta del siglo pasado. Los consejeros del INE traicionaron a los mexicanos y se doblaron ante el poder del tabasqueño. Aun vienen más traiciones.
En el tramo final del sexenio, de Andrés Manuel, se restituye el totalitarismo. Somos testigos de hechos históricos lamentables. Somos testigos, muchos mudos, apáticos, ingenuos e incautos de algo que costó décadas de luchas y tragedias construir. El voto oculto, del 2 de junio, resultó ser para esconder la vergüenza de los electores que votarían por Morena, por el dinero que reparten. Antes se ocultaba la intención delvoto, por temor a represalias del PRI, ahora es igual con el partido de AMLO.
Los seguidores de Morena estarían llenos de rabia, si, alguna vez, se percataran como, a ellos, los despojan del poder de su voto libre. Mientras, las élites de siempre ya están con López Obrador y él ya les duplicó sus fortunas, en seis años. Él los sedujo, los amenazó, los convenció y ya los trae de aliados.
Así, para el pueblo, solamente le tocan becas y circo mañanero. También, más pobreza,escasez de oportunidades de superación, con el sistema educativo semi derruido, sin democracia, sin justicia plena, sin sistema de salud eficiente al alcance de todos y con medicinas. Mientras, a las élites se les reparten más negocios y miles de millones. Igual que siempre.
El país ya funciona con dinero prestado y se siguen engordando los pasivos. Los morenistas resultaron igual de corruptos que los prianistas. El presidente presume que hizo más ricos a los ricos mexicanos. Mientras, en los hogares ni, con los apoyossociales, completan para comprar los alimentos. El doctor Simi se convirtió en la salvación para la salud de muchas familias.
Las extorsiones, las desapariciones y los asesinatos se multiplican en el territorio nacional. Pero, eso no les preocupa a las autoridades morenistas de todos los niveles. Aunque ellos dicen que todo mejora.
El derecho de los ciudadanos, a elegir gobernante, ya nos los ha arrebatado una partida de políticos generados por la corrupción, y la pésima vigilancia que los ciudadanos hacen de ellos. Así, cada vez que se nombra a las figuras de todos los partidos se encontrarán a un multimillonario. Con sus hijos y parientes incrustados en las nóminas y en los negocios.
Al presidente no le gusta que exhiban sus escándalos de corrupción y esconde la información, “por seguridad nacional”, dice. Ahora, de plano desaparece al INAI, Instituto Nacional de Acceso a la Información, para que las cuentas del gobierno seaninaccesibles y permanezcan ocultas para siempre. Lejos del escrutinio público.
La política de AMLO se hace con dinero y mentiras, muchísimo dinero y muchísimas mentiras. El pueblo bueno las recibe a cambio de los pesos y sonríe.
Mientras el Rey del Cash acumula poder, podrá modificar la constitución e incluso reelegirse, tan pronto como lo decida. Prácticamente las reglas constitucionales ya no existen, López puede cambiarlas el día que quiera. Ya lo ha demostrado.
A estas alturas, la clase política nacional está aplastada y semidestruida, lo mismo los medios de comunicación formales. Perdieron las batallas y despiden a sus colaboradores que no le gustan al gobierno federal. Mientras, los ciudadanos transitamos agobiados por las problemáticas cotidianas, sobreviviendo en las estrecheces y la inseguridad, y prácticamente desinformados. Ejércitos de panfletarios digitales llenan las redes de las mentiras oficiales. Esto se va poniendo peor y más interesante. Veremos.